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Introducción

Se denomina revolución copernicana (o revolución de Copérnico) al cambio científico y conceptual que supuso la hipótesis propuesta por Nicolás Copérnico, en 1543, con su obra De revolutionibus orbium coelestium [Sobre las revoluciones de los orbes celestes], según la cual el Sol, y no la Tierra, ocupa el centro del universo.
(Aunque también es justo mencionar que hay un libro que se llama de esa forma, the Copernican Revolution, la revolución copernicana, autor Thomas Kuhn, publicado en 1957).
Cabría decir que esto encaja dentro de las llamadas revoluciones científicas como las llama Thomas Kuhn

Geocentrismo en la biblia

Estos son algunos pasajes cosmológicos usados de la biblia para justificar la visión del mundo predominante, es decir, creer que la tierra era el epicentro del universo: Salmos 18:7-8; salmos 19:5-6; salmos 93:1; salmos 96:10; salmos 103-11; Eclesiastés 1:4-5; Josué 10: 12-13; Isaías 38:8 etc.

Representaciones del mundo antes de 1510

Desde tiempos antiguos no había conciencia que la tierra fuera esférica; se le colocaba en el centro del universo. Solo fue hasta la llegada de Aristarco de Samosque alguien propuso formalmente que nuestro planeta giraba alrededor del sol.

En la alta edad media, desde la traducción del Timeo, se intuía la curvatura de la tierra; solo hasta el siglo XII se descubren las obras de Claudio Ptolomeo y se traducen obras suyas como el Almagesto desde el griego y el árabe.

Aun durante el tiempo de la guerra de los cien años no había conciencia entre las clases populares de las posibilidades teóricas de circunnavegar la tierra, si esta era, en realidad, redonda. Pero progresivamente si iba a adquirir nociones de esto. Es así como Juan de Mandeville publica "El libro de las maravillas del mundo" donde narra 34 años de viajes (1322-1356) por el lejano oriente, recopilando información sobre geografías y culturas desconocidas en Europa, impactando el imaginario popular de manera directa.
Entre los siglos XII y XV las nociones del mundo y de nuestra posición en espacio como centro del mundo, estaban cimentadas en las siguientes ideas o pensadores:
  1. Parménides, Platón y Aristóteles, que consideraban que la tierra era redonda.
  2. Eratóstenes quien calculó el radio de la tierra.
  3. El geógrafo y astrónomo griego, Ptolomeo.
  4. El astrónomo persa Al-Farghani.
  5. Los relatos de los misioneros franciscanos en Asia.
  6. Los viajes de Marco Polo
Algunas obras cosmográficas reflejan esta visión geocéntrica del mundo como por ejemplo, el Imago Mundi de Pierre d'Ailly, escrito en 1410 e impreso en 1478 y del cual Cristóbal Colón tenía una copia. Los viajes de Vasco da Gama, del mismo Colón y Magallanes, por ejemplo confirmaron la redondez de la tierra.

Copérnico y el sistema heliocéntrico

Es todo un cambio de paradigma del sistema Ptolemaico, siendo uno de los puntos de partida de la revolución científica del siglo 16. (El paso de un sistema geocéntrico y geoestático, centrado en la posición estática de la Tierra, según la astronomía de Aristóteles y Ptolomeo, a un sistema heliocéntrico, centrado en el Sol, ha sido considerado no sólo como el punto de partida de la denominada revolución científica, llevada a cabo, más de medio siglo después, por Galileo, Descartes, Kepler, Gassendi y Newton, entre otros, sino también de un cambio de perspectivas y valores en la propia concepción del hombre).

El contenido fundamental de la cosmología copernicana se halla descrito en los primeros siete folios del primer libro de la edición original de Sobre las revoluciones de los orbes celestes (De revolutionibus orbium coelestium, 1543) y puede ejemplificarse mediante el conocido diagrama de los ocho círculos concéntricos, que hace del sol el centro en reposo del universo. La sucesión de los planetas se enumera de la siguiente manera: a partir del Sol, Mercurio, Venus, la Tierra con la Luna, Marte, Júpiter y Saturno. En la concepción, tradicional todavía en este aspecto, de Copérnico, los «orbes» planetarios eran esferas concéntricas (de Eudoxo) físicamente portadoras del planeta en su período de revolución en torno al Sol (período sideral); de aquí que se afirme que la traducción adecuada de la palabra «orbes» del título de la obra de Copérnico no ha de ser orbes u órbitas, sino «esferas».

La novedad principal es que Copérnico sustituyó la posición central de la Tierra por la del Sol, dejando que la Tierra se moviera libre por el universo dotada de tres movimientos. La última de las esferas copernicanas es la tradicional «esfera de las estrellas fijas», que Copérnico puede dejar inmóvil, porque su movimiento se explica por la rotación diaria de la Tierra. Los movimientos reales de los planetas los describe Copérnico primero en el llamado Commentariolus, primer esbozo del sistema heliocéntrico, y luego en su obra definitiva, De revolutionibus. Si el sistema del mundo tal como se describe en la primera obra parece que reduce bastante la complejidad del sistema de Ptolomeo (de 80 a 34 círculos), en la segunda la complejidad matemática aumenta. 

La crítica que Copérnico dirige a Ptolomeo no es porque el Sol no ocupe el centro del universo (en realidad, para Copérnico el Sol no está absolutamente centrado: la órbita de la Tierra es una excéntrica), sino por no haber explicado los movimientos celestes recurriendo sólo a círculos con movimiento uniforme y, sobre todo, por haber utilizado el ecuante (artificio geométrico que permitía calcular el movimiento no uniforme de un planeta suponiéndolo dependiente de un centro distinto del centro geométrico del círculo.

Copérnico insistía en que todos los movimientos debían ser circulares y uniformes, por lo que se opuso terminantemente a toda explicación matemática basada en el uso del ecuante, cosa que hacía entender que «el planeta parece moverse con una velocidad siempre uniforme, pero no con respecto a su deferente ni tampoco con respecto a su propio centro» (Commentariolus, Introd.). 

I. Bernard Cohen defiende el punto de vista de que el sistema cosmológico de Copérnico fue apenas, para el mismo Copérnico, un instrumento matemático algo más preciso que el de Ptolomeo y, sobre todo, más acorde con la ley fundamental de la astronomía, que exigía que todo movimiento fuera circular y uniforme. Sostiene, además, que en este sentido el único avance real, de inspiración copernicana, fueron las Tablas pruténicas o prusianas, de Erasmo Reinhold, compuestas en honor del duque Albrecht de Prusia y publicadas en 1551.
La verdadera «revolución copernicana», afirma este autor, no tuvo lugar hasta el s. XVII y fue llevada a cabo por Kepler, Galileo, Descartes y Newton; el sistema del mundo de Newton no se inspiró en Copérnico, sino en el universo de giros elípticos, tal como lo concebía Kepler. La trascendencia, en definitiva, de la obra de Copérnico, la semilla de la futura revolución científica, estuvo en la importancia que sus sucesores dieron a la nueva posición que ocupaba el Sol en el universo: la imagen heliocéntrica del universo preconizada por Copérnico no sólo simplificaba los cálculos matemáticos sobre los planetas -no sólo salvaba mejor los fenómenos-, sino que llegó a ser entendida como una explicación real.

Desarrollo del modelo de Copernico

El modelo teórico de Copérnico no tuvo en su momento como ser observado y comprobado.Durante mucho tiempo sus ideas se mantuvo entre un selecto grupo de especialistas pero la mayoría de astrónomos y teólogos se aferraban a la tierra como centro del cosmos.
No obstante otros autores lograron de alguna forma desarrollar y consolidar la revolución copernicana.

  • Tycho Brahe: observando el gran cometa de 1577 demostró que las llamadas esferas celestes eran un modelo matemático pero distaban de ser reales, pues el cuerpo celeste mencionado pasó en medio de varios planetas.Digamos que creó un sistema hechizo entre geocéntrico y heliocéntrico, en el que el sol y la luna giraban alrededor de una tierra inmóvil, mientras que Marte, Mercurio , Venus, Júpiter y Saturno giraban en torno al sol.
  • Kepler: perfecciona la órbita de las planetas, que dejaron de ser círculos como planteaba Copérnico.
  • Galileo: Usando por primera vez un telescopio, confirmó que el modelo, a grandes rasgos era práctico y verídico.En carta a Christine de Lorraine manifestaba: "la intención del Espíritu Santo es mostrarnos cómo ir al cielo, no cómo van los cielos"
  • Sobre 1615, el carmelita Paolo Antonio Foscarini se pronunció a favor del heliocentrismo por considerar que no es contraria a la escritura.
  • 1616 los escritos de Copérnico fueron puestos en el índice, para ser revisados, no por considerar sus ideas heréticas sino temerarias (sic), solo se podía considerar desde el punto de vista matemático.
  • Giordano Bruno: Abogaba por un universo infinito y la existencia de otras estrellas y otros cuerpos celestes en otras latitudes del espacio.
  • Newton. Perfecciona la revolución copernicana; en su libro Philosophiae Naturalis Principia Mathematica (1687), mostrando que los planetas mantienen sus órbitas gracias a la fuerza de la gravedad.
En su acepción metafórica, revolución copernicana fue usada por primera vez por Inmanuel Kant, cuando se refirió a una situación vista y estudiada desde un punto de vista diferente, empleando el intelecto para realizar una postura crítica y deductiva. Luego de él, varios pensadores hicieron suya la metáfora.

Algunos hitos cronológicos


Reseñemos algunos hitos cronológicos en torno a este cambio del pensamiento cosmológico urdido por Copérnico y que no se han relatado en el cuerpo de esta disertación hasta el momento.
  1. 1547-1548.El monje dominico Giovanni Maria Tolosani critica la doctrina heliocéntrica de Nicolás, basado en argumentos bíblicos y en algunas aseveraciones de Aristóteles y Ptolomeo.
  2. 1549, Melanchthon toma postura crítica contra la propuesta del heliocentrismo, en su tratado Initia doctrinae physicae.
  3. 1570 El astrónomo jesuita Christophe Clavius arremete contra el modelo recordando que es contrario a las enseñanzas de la biblia.
  4. 1577-78 El astrónomo Michael Maestlin se declara en favor del modelo copernicano, en un tratado llamado Observatio & Demostratio Cametae Aetherei.
  5. 1616 el cardenal Belarmino condenó el sistema heliocéntrico y lo relegó tan solo a un sistema filosófico, relegando la discusión sobre el movimiento de la tierra al plano netamente matemático (y sin conexión con la realidad). 
  6. 1624 El papa Urbano VIII anima a Galileo a que prosiga sus investigaciones, enfatizando en que el modelo copernicano era tan solo una e perspectiva matemática.
  7. 1632-33 Rene Descartes publica El tratado del mundo y de la luz donde apoya el sistema ideado por Copérnico. 1835 el libro de Copérnico fue sacada del índice de los libros prohibidos

Bibliografía: Diccionario de filosofía en CD-ROM. 1996. Empresa Editorial Herder S.A., Barcelona. ISBN 84-254-1991-3. Autores: Jordi Cortés Morató y Antoni Martínez Riu. Webgrafía Wikipedia en francés
Ediciones 2011, 2012, abril 2013, noviembre 2013, 15,17
Ver también: Metodo científico

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