FRIEDRICH SCHLEIERMACHER, historia,biografia, religión, hermenéutica, pensamiento, aportes
FRIEDRICH SCHLEIERMACHER, historia, biografía, religión, hermenéutica, pensamiento, aportes, aportaciones. Nombre completo: Friedrich Daniel Ernst Schleiermacher.
Cuando nació y murió: (noviembre 21 1768– febrero 12 1834)
A qué se dedicó, cual era su profesión:
Fue un gran teólogo sistemático del protestantismo de su tiempo. Su trabajo marcó los puntos cardinales del ulterior desarrollo de la teología y la filosofía de la religión.
Como Agustín de Hipona, Schleiermacher deseaba escrutar los misterios de Dios y del alma, dos conceptos distinguibles pero inseparables. Llevó a cabo su labor como un filósofo en el contexto idealista de Fichte, Schelling y Hegel, pero en lugar de imitar a estos pensadores en todas sus facetas, aplica el análisis crítico de la religión sin encasillarlo a ninguna tendencia filosófica específica.
Vida
Donde nació:
Friedrich Daniel Ernst Schleiermacher, nacido en Breslau, Silesia, era hijo de un clérigo reformado (Gottlieb Schleiermacher, calvinista, capellán del ejército de Federico el Grande)[1], quien le dio sus primeros estudios en la región de Moravia.
Estando en el seminario, tiene contacto con las obras de Wolfgang von Goethe, Immanuel Kant, Christoph Martin Wieland, y otros, que llenarían de incógnitas su cabeza sobre aspectos religiosos, y le harían dudar de la divinidad de Cristo y de su sacrificio vicario.
Con el tiempo estudiaría en la Universidad de Halle, ordenándose a su vez en 1790. Luego Friedrich Daniel Ernst Schleiermacher se vuelve tutor, temporalmente, de la familia del conde Dohna en Prusia Oriental; posteriormente pasa a ser ministro en la ciudad de Lansberg (Gorzów Wielkopolski, 1794 -1796) en Prusia.
En 1796 se establece Schleiermacher como predicador en Berlin, donde se convierte en amigo cercano de Friedrich von Schlegel, tornándose para este en una suerte de intérprete religioso del punto de vista romántico que Schlegel[2] mismo personifica.
Su obra, Discurso a la religión a las personas cultas y a las que las desdeñan (1799) dio a Schleiermacher una reputación sólida a nivel nacional[3].
Al año siguiente publica Soliloquios, donde manifiesta Schleiermacher su cuidadosa absorción del espíritu romántico y las direcciones éticas por donde habrá de andar intelectualmente en el futuro, como en su Grundlinien einer Kritik der bisherigen Sittenlehre (Esbozo de una critica a la anterior teoría ética, 1803).
En 1804 Schleiermacher enseñaba ética filosófica o ética de la cultura, teología, nuevo testamento y hermenéutica en Halle. Para 1810 lo vemos ejerciendo la docencia, como profesor de teología en la Universidad de Berlín, donde el resto de su vida fue profesor de teología dogmatica, teología y critica del nuevo testamento, hermenéutica, historia de la filosofía, ética y dialéctica entre otras materias. Siendo su influjo público tan sobresaliente, no era raro saber que trabajaba para le sindicato de las iglesias luteranas y reformadas en Prusia o que predicara contra el expansionismo francés de Napoleon Bonaparte y a favor de reformas sociales internas.
Vida amorosa
Sobre 1800- 02, en Berlín, se dice que tuvo relaciones románticas con dos mujeres casadas, Henriette Julie Herz (1764-1847) y Eleonore Grunow (casada con otro pastor y que no quiso separarse de su marido para irse con él, tras años de vacilaciones), que le trajo muchos problemas.
En 1809 Schleiermacher se casó con Henriette von Willich (se dice que tenía tendencias ocultistas), de 19 años y viuda del pastor Ehrenfried von Willich, quien era madre de dos hijos y tendría otros cuatro más.
Obras y pensamiento, legado intelectual, libros
La Fe cristiana (Christliche Der Glaube nach den Grundsätzen Evangelischen der Kirche im Zusammenhange dargestellt) apareció en 1821-1822 y fue revisada entre 1830 y 1831. Junto con el breve resumen de los Estudio de la Teología (1 ª edición, 1811) y las dos cartas abiertas, relativas a la edición revisada de La Fe cristiana, que Schleiermacher escribió a un amigo cercano (Sendschreiben über Glaubenslehre un cerco Dr. Lücke, 1829), “La fe cristiana” manifiesta no sólo el pensamiento de Schleiermacher sobre la doctrina cristiana y cuestiones teológicas de fondo, sino también su concepción de la organización de las disciplinas teológicas y de la teología sistemática en sí misma.
Es considerado como uno de los representantes más genuinos del primer romanticismo. Su pensamiento estuvo muy influenciado por los de Fichte,Spinoza, Jacobi, Kant y, posteriormente, de Schelling (que era más joven que él).
Como pensador romántico sustentaba que en lo absoluto se da la unidad plena de lo finito y lo infinito, unidad que solamente puede ser captada a través de la dialéctica, entendida más al modo platónico (además de traductor, fue un gran estudioso de las obras de Platón) que al modo fichteano o hegeliano.
Pero el conocimiento del verdadero ser no puede reducirse a la mera ciencia, ante la que Schleiermacher proclama la plena autonomía de la religión ante la filosofía y ante la moral. Y ello porque, por una parte, la filosofía, o la «Ciencia», guiada por su ideal racionalista, aspira a conocer, mientras que, por otra parte, la moral, inspirada por el voluntarismo, aspira a modificar y mejorar el mundo.
La religión, en cambio, no aspira ni al conocimiento ni a la modificación, ya que no es producto ni del intelecto ni de la voluntad, sino que surge directamente del sentimiento de lo infinito, que es un sentimiento de dependencia absoluta. La esencia de lo religioso, y ahí radica su plena autonomía, sólo puede aprehenderse por la intuición de lo infinito, por la vinculación inmediata del individuo con lo infinito. Por ello, y en la medida en que la religión es sentimiento de lo infinito, afirma que Spinoza, lejos de ser considerado ateo, como era calificado frecuentemente, debe ser considerado como el pensador más religioso, ya que en él está presente este sentimiento de dependencia absoluta de lo infinito que se realiza en todo lo finito. Este sentimiento de lo infinito se expresa también de infinitas maneras, lo que da explicación de la diversidad de religiones y de experiencias religiosas, cada una de las cuales es una manifestación, más o menos desarrollada del único sentimiento general de lo religioso. Puesto que Dios es esencialmente incognoscible, abandona toda pretensión teológica y sustenta la religión en el puro sentimentalismo. Por ello mismo rechaza todo dogma religioso, y recalca la absoluta historicidad del hombre, así como toda formulación dogmática o teológica, que deben ser entendidas e interpretadas (hermenéutica) en su radical y absoluta historicidad.
Su concepción ética se fundamenta también en esta concepción de la absoluta historicidad. No es una ética de imperativos, sino que se basa en las realizaciones concretas de los hombres y de sus conquistas por unificar la razón y la naturaleza. De esta manera su ética aparece como una especie de filosofía de la cultura que tuvo gran influencia sobre Dilthey. Pero el aspecto más influyente de la filosofía de este teólogo es, sin duda, su contribución a la formulación de la teoría hermenéutica.
Consideró que el cristianismo sería la etapa más alta de las aspiraciones monoteístas de los seres humanos. Dentro de su pensamiento, Cristo era un mediador que no era divino ni homologable con la divinidad.
Fue el pensador más destacado del protestantismo en el siglo XIX.
Murió de neumonía (inflamación de los pulmones) a la edad de 66 años. Su tumba está en el cementerio de la iglesia de la Trinidad, en Berlín.
Influido por
Baruch Spinoza, Immanuel Kant, K. W. F. Schlegel, J. G. Fichte, F. W. J. Schelling y Platón.Influenciaría a
Wilhelm Dilthey, Karl Barth, Rudolf Bultmann, Paul Tillich, Albrecht Ritschl, Friedrich Ueberweg, Hans-Georg Gadamer, Manfred Frank, Antoine Berman.[1] Había nacido en Breslau, Silesia (Ahora, como antes de Wroclaw, en el suroeste de Polonia) un 21 de noviembre.
[2] Junto a su amigo habría Schleiermacher de concebir la traducción de todas las obras de Platon, labor que finalmente realizaría en solitario.
[3] De alguna forma extraña, lo habría de catapultar a la fama un comentario escrito de Wilhelm Dilthey en 1863. Ediciones 2012-2013-2014-2015-2017
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