Sumerios y Acadios, historia, religión, aportaciones, astronomía, templos, características

Sumerios y Acadios, historia, religión, aportaciones, astronomía, templos, características. En este post, venido de nuestro sitio principal por coherencia temática, hablaremos de los sumerios y acadios, de las civilizaciones de la antigua Mesopotamia donde nació la cultura escrita.Hablaremos en primera instancia de Sumeria, el sur de la región (Actual Iraq), donde se asentaron grandes civilizaciones durante el calcolítico y la edad de bronce.

Sumeria

Sumeria, termino que proviene del acadio Šumeru, que podría traducirse como "tierra de los señores civilizados" o "tierra natal". Poseemos registros históricos en la actualidad que datan del 2.900 aC de esta civilización, aunque los expertos conceptúan que Sumeria existió, por lo menos, desde el 4.000 o 4.500 antes de nuestra era, por pueblos no semitas (proto-eufratianos) o Ubaindians, hombres prehistóricos que posiblemente evolucionaron de la cultura Samarra (norte de Mesopotamia). A estos grupos primigenios se le atribuyen los drenajes de la mayoría de pantanos, el desarrollo del comercio y el establecimiento de las primeras industrias.

Los sumerios

Los sumerios se referían a sí mismos como (haciendo la debida traslación fonética del cuneiforme) uŋ saŋ giga, que pudiera traducirse como "el pueblo de la cabeza negra".Dicen los expertos que puede referirse no solo a un pueblo sino a una localización geográfica concreta, de ubicación indeterminada. Se dice que el término bíblico Sinar pudiera derivar de esta raíz (lo mismo que el egipcio Sngr o el hitita Šanhar(a))

Ciudades Estado

Finalizando el cuarto milenio antes de Cristo Sumeria se dividió en una docena de ciudades estado, separadas por canales y mojones como linderos. Cada ciudad tenía su dios o diosa patrono(a), tenía un gran sacerdote (Ensi) o inclusive un rey (Lugal). De esta docena de ciudades estado en la antigua Mesopotamia, podemos mencionar como las principales a: Eridu ( Tell Abu Shahrain ) Bad-tibira (probablemente Tell al-Madain ) Larsa ( Tell as-Senkereh ) Sippar ( Tell Abu Habbah ) Shuruppak ( Tell Fara ) Uruk ( Warka ) Kish ( Tell Uheimir y Ingharra ) Ur ( Tell al-Muqayyar ) Nippur ( Afak ) Lagash ( Tell al-Hiba ) Lo anterior no sin olvidar que existieron otras muchas ciudades importantes en la antigüedad dentro de esta cultura

Astronomia y Astrologia

Los sumerios fueron los primeros en notar que en el cielo nocturno, la mayoría de cuerpos luminosos conservaban su posición aparente, no así cinco de los más luminosos, que variaban su posición relativa frente al resto de una manera uniforme, predecible tal vez. 
 
Identificaron así a los planetas (Saturno, Júpiter, Marte, Venus y Mercurio), los sumaron a los otros dos astros, la luna y el sol y los asociaron a divinidades poderosas, para un total de siete astros principales. Siete astros y siete dioses (incluyendo a Ninhursag) y siete las terrazas escalonadas de sus templos. A dicho número se le atribuía un significado mágico de totalidad. 
A nivel esotérico se tiene que el número siete es el desarrollo del número tres (el principio neutro, el número de la forma, una trinidad primigenia y el principio de expansión).

Estos astros eran “dioses intérpretes”, pues mediante su observación, los individuos de Mesopotamia podían interpretar y conocer sobre determinados acontecimientos. Estas inspecciones celestes, dan origen a una serie de ideas como: 
 
Que el cielo era una semi-esfera sólida, negra rodeando la tierra; las estrellas estaban empotradas en ese firmamento sólido y así mismo los planetas siguiendo sus esferas (caminos) transparentes- debía ser así para que se pudieran ver las estrellas-. El sol no podría ser un punto luminoso más, de hecho, se veía más grande y luminoso que los demás cuerpos visibles (sin artilugios mecánicos, desconocidos de por sí). Y no obstante reflexionar y especular sobre los orígenes, organización y funcionamiento del universo, en ninguna producción literaria sumeria se planteó explícita y sistemáticamente. 

Sus pensadores no sabían de método científico ni definiciones o generalizaciones como herramienta del conocimiento. Comprender el yo (tan garrafal para la filosofía occidental), era secundario para ellos comparado con la comprensión del mundo exterior, sin la interposición del sujeto; se trataba entonces de recopilar gran cantidad de información y huirle a la generalidad.

Los templos y la religión

Siendo el santuario de la divinidad local, un sitio que requería atención constante a los rituales y festividades, a la composición y declamación de himnos y oraciones, surge un sacerdocio especializado. Allí se celebraban ceremoniales sacros los días uno, siete y quince de su mes lunar (novilunio, plenilunio y cuarto creciente).

Dentro de las festividades religiosas, la más importante era la de año nuevo, con sus actos de culto a los muertos y la boda sagrada Esta última celebración buscaba aumentar la potencia, la fertilidad y, en general, el bienestar de la comunidad. 
 
En tal ceremonial, se unían la diosa Inanna- hija de Enki a quien robó las fuerzas divinas, las invenciones y artes de la civilización, -y su amante Dumuzi. Éste, era un pastor, mortal, el bíblico Tammuz[1] (llamado así por los babilonios y por los griegos Adonis), quien por insensible frente a su amada fue castigado a gobernar durante seis meses, el otro mundo; de ahí los meses áridos y estériles del verano. (Hallen ustedes señores lectores las derivaciones lógicas respecto a nuestras occidentales festividades, las peticiones del 31 de diciembre para que el año que llega sea mejor que el anterior y dando gracias por el que acaba de concluir). 

Las restantes festividades se hacían en honor a las muchas divinidades y en ellas había procesiones donde se desfilaba con la estatua[2] de los dioses, se ofrendaban productos de la tierra y se daban sacrificios animales; a los muertos se les otorgaba un homenaje especial y, al parecer, tenían un ritual semejante a la comunión. 
 
La liturgia se completaba con plegarias y cánticos. El templo y su séquito sacerdotal, se convierte entonces en el núcleo intelectual de la comunidad y se supone que será allí donde más tarde se inventará y perfeccionará la escritura. Además, «La casa del dios ha dejado de ser una simple cámara[3]. Se ha convertido en un edificio complejo, en el que la cámara central, con altar-podium y mesa de ofrendas, se halla rodeada de pequeñas cámaras, en tanto que múltiples salidas aseguran y facilitan la circulación. 
 
El dios y su séquito están albergados con todos los respetos debidos a su rango».[4] Se dice que la clave de su éxito religioso estriba en su unidad, en haber sabido federar los cultos locales en un conjunto burocrático que armonizaba los particularismos. En todo caso sus creencias religiosas corresponden a una sociedad del tipo agrícola pastoril, donde el ciclo agrario y el ritmo regenerador del ganado cobraban importancia categórica. El agua como símbolo y la actividad sexual van de la mano.

Es claro que los sumerios crearon sus escritos sagrados (himnos y mitos) y cosmogónicos, proponiéndose exaltar y glorificar a sus dioses[5] y hazañas; no andaban cazando la verdad. Sus nociones del funcionamiento del universo y de las cosas se aceptaban como dogmas de fe, no se cuestionaban por su origen o evolución; no requerían dentro de su lógica primitiva de explicaciones, pruebas ni argumentos; querían contar un cuento emocionante, basándose en la apariencia con que sus ojos veían al mundo y a la sociedad respectiva.

¿Esconderían los mitos verdades profundas bajo su aparente absurdo racional? ¿O serían acaso realidades históricas deformadas por la imaginación popular? No obstante como esquema general, presuponen una situación inicial-diferente a la de los tiempos actuales-dentro de la cual el hecho cuyos orígenes desean narrarse no existía o era diferente de lo que se es en la actualidad; sus personajes son héroes míticos, por tanto distintos de los seres que viven actualmente; «el acontecimiento conduce a la formación (o transformación ) de aquello cuyo origen se narra, tras lo cual se instauran las condiciones nuevas, reales, que persisten todavía para los pueblos narradores del mito… 
 
El tiempo del mito está definitivamente cerrado (solo algunas religiones prevén su retorno, pero a costa de la total desaparición del mundo normal)…El mito garantiza, ante todo, la estabilidad de la realidad existente».[6]

Dentro de su percepción cíclica del Universo y de la vida misma, todo muere para dar nacimiento a otra cosa, de ahí que su concepto de inmortalidad significara realmente larga vida. Variados autores llaman a este ciclo el mito del eterno retorno, simbolizado por un hombre encorvado con las manos sobre sus pies o hasta por la misma agua y su ciclo fertilizante. 
 
A diferencia de los semitas hebreos, no permiten que la trascendencia de la personalidad divina obnubile y minimice todo lo demás. Su simbiosis de lo eterno femenino con lo eterno masculino en un solo huevo cósmico, por decirlo así, generalmente se hace patente a lo largo de todos sus textos fundamentales, sacralizando la reproducción y la sexualidad, demostrando que un tercer concepto derivado de la intersección de dos opuestos, engendra una significación más amplia, llevando lo esencial de sus componentes base. El agnosticismo parcial se cuela entre sus formas de pensar, quizás por impotencia frente a lo desconocido aun por parte de los mismos dioses; muy diferente de los semitas, muestran en sus concepciones religiosas más tendencias intelectuales que afectivas. Pulula en su pensamiento un aspecto trágico en cada gran acontecimiento.

Los dioses son los conservadores del orden en el mundo y se encargan que funcione bien (Como pauta de control del perfecto funcionamiento del universo finito y perecedero-con quien la divinidad hacía su real gana-, los dioses confeccionaron el Me[7], un conjunto de casi cien normas universales e inmutables que todos los seres, civilizaciones y elementos habían de obedecer), cada uno con potestad en sectores específicos, sentando ejemplo a los humanos para que funcionen en base al modelo divino. 
 
De esa forma se jerarquizan las sociedades humanas repartiéndose funciones y labores. Dentro de estas deducciones de lo humano hacia lo divino, conceptuaron que estos grandes monarcas celestiales estarían demasiado ocupados en sus menesteres, para escuchar atentamente sus múltiples plegarias; recurrieron entonces, a la usanza cortesana, a intermediarios con buenas relaciones con los grandes dioses, a una especie de dioses familiares o personales para conseguir el favor supremo. 

Los sumerios usaban profusamente las estatuas[8] (en ellas, el escultor trataba que la forma humana manifieste cuanto no es propiamente humano…un sumerio no hubiese podido rezar a una estatua en la que solo viese la imitación de un hombre…Algunos de los medios empleados por los escultores son fáciles de captar: hombros y codos en forma de colmillo, heredados de las diosas ofídicas; nariz en forma de pico, heredada acaso del hombre-pájaro prehistórico; violenta esquematización, barbas escalonadas como escaleras de zigurats; y, principalmente, en las diosas y en los dioses, ojos de hipnosis)[9], como elemento sustituto de los dioses o soberanos durante su ausencia, representándolos aún cuando hubieren fallecido. 

Si hemos de creer a sus propios relatos, los sumerios sentían predilección por el altruismo y las normas éticas elevadas, la bondad y la ley, al igual que sus dioses, que si bien podían decidir entre lo noble y lo abyecto, generalmente escogían lo primero. 
 
Ahora esta clase de virtudes divinas no les hacían olvidar que esos mismos mentores celestes habían introducido el mal el universo, y entonces ellos, los humanos, se resignaban al albur celeste y soportaban sus caprichos. Para ellos existen los demonios más no un dios encarnación del mal: el Partenón está unido y estos aspectos de bien y mal eran facetas de todos los jerarcas divinos. Manejaban una suerte de infierno[10] o Hades, mejor, un sitio (reino) de los muertos, llamado en sumerio Kur, la efervescencia de las fuerzas desordenadas y peligrosas, el lugar sin retorno.
 
Esta palabra, inicialmente se traducía por montaña, pero derivó hacia «país extranjero», aludiendo a los enemigos que rodeaban el país de Sumer. Ya con significancia cósmica, se refería al espacio vacío que separaba la corteza terrestre del Mar Primordial. Allí iban a residir las sombras de los muertos[11] luego de atravesar-montado en una barca-, el «río devorador del hombre», para existir, si se puede llamar así, una vida semejante a la de los vivos. 
 
Se creía que a través de grietas y agujeros se podría llegar al reino de los muertos: éste era concebido como una gran ciudad rodeada de fortificaciones infranqueables, que estaba provista de una única puerta guardaba por un portero inclemente y donde la vida de todos los “fantasmas” de los muertos de todas las épocas llevaban una existencia lúgubre, gris y triste.

Los sabios sumerios creían que las desgracias humanas resultan de los pecados y transgresiones de estos con respecto a sus deidades y que en general no había ningún mortal exento de culpa. Siempre el equilibrio estaba de parte de los dioses, nunca del lado humano. Todo ello manejado con el intelectualismo propio de esta cultura, sin estados de arrepentimiento ni solicitudes de misericordia. ¿Cuál es para ellos la noción del pecado? 
 
Algo borroso y mal definido, como consecuencia de lo inevitable y el Me imbricado en cada situación. La humillación ante los dioses y la plegaria espontánea no era conocida por lo sumerios; acatarlos como divinidades y orarles eran piezas necesarias dentro del esquema, pero el otro extremo no.[12] El sacrificio sumerio se reducía en realidad a la ofrenda y el homenaje: no se encuentra en él elemento expiatorio. Los salmos de penitencia (de ascendiente semita), aparecerán dentro de su literatura tardía pero ya iban perdiendo su esencia súmena.[13]

Orígenes del Universo y de la tierra

Sigamos la disertación dentro de la teogonía sumeria, para dilucidar los orígenes del universo según esta particular interpretación (guiándonos por el prólogo de Gilgamesh y Enkidu):
Cuando el Cielo se hubo alejado de la Tierra, Cuando la Tierra se hubo separado del Cielo, Cuando se hubo fijado el Nombre del Hombre, Cuando An se hubo «llevado» el Cielo, Cuando Enlil se hubo «llevado» la Tierra...

El universo (An -Ki) visible era una hemiesfera (barca invertida) en cuya base estaban la tierra y el cielo. La tierra era un disco plano rodeado del mar[14] (que limitaba su mando y terminaba en el mediterráneo y en el golfo pérsico). Lo cubren dos cielos superiores[15], el firmamento (Anu) y el cielo de los siete[16] astros, reino de las tempestades, regido por Enlil[17] (principio de violencia). El abismo se encuentra debajo de la tierra donde hay demonios y espíritus de rebelión. 
 
En el principio existía el mar primordial[18], del cual surgió la montaña cósmica, compuesta del cielo y de la tierra, en amasijo informe. Los dioses antropomorfos, el cielo (An) y la tierra (Ki), concibieron al dios del aire (viento, tempestad, ¿llanura? ¿Soplo vital?)[19] . Este último, llevándose a su madre, separó a la tierra del cielo; dicha unión originó el mundo organizado como lo conocemos. (El dios del viento –Enlil- es quien procede a crear, separando el cielo de la tierra)[20]. Este dios etéreo creó a su vez la luna, quien dio a luz al sol: allí están sobreentendidos cuatro elementos primordiales para que haya creación.[21] Como justificación de la creación del universo, se habla del beneficio y servicio de los dioses, para su propia subsistencia. En algunos textos se presume que An solo creó el cielo y en otros que la tríada fundamental (An, Enlil y Enki) en consenso decidió.[22]
El mar primordial era hermafrodita (albergaba en su seno las naturalezas femenina y masculina) por excelencia para poder dar a luz tanto al cielo como a la tierra.

El panteón sumerio

An-anu

Enlil 

Sus «palabras son declaraciones, sus conjuros son palabras de oración…»[25] Recibió un código numérico, el número cincuenta. Era la fuente de la abundancia y la prosperidad, el inventor del azadón y el arado. «Señor de todos los países» «señor de la palabra fiel». Recibe el epíteto de «gran montaña». También llamado Bêl. Es quien provocará el diluvio universal[26] (después de haber intentado la destrucción humana por medio de siete años de hambre, bestias salvajes y plagas). Su paredra fue Ninlil[27]. Según su mitología, su caída[28] se produjo cuando, antes de la creación del hombre observó a Ninlil[29] bañándose desnuda (por insinuación de su madre, la de ella, Nunbarshegunu[30], que deseaba casarla con Enlil)[31] y el deseo cegó su razón y la poseyó a la fuerza: En la ola pura, mujer, báñate en la ola pura. /Ninlil, vete por el ribazo del río Nunbirdu:/El ser de ojos brillantes, el Señor, el ser de ojos brillantes, /El «Gran Monte», el Padre Enlil, /El ser de los ojos brillantes te verá /El pastor[32]... que decide los destinos/El ser de los ojos brillantes te verá. /Allí mismo te abrazará (?), te besará./…/En la ola pura, la mujer se bañó en la ola pura. /Ninlil se fue por el ribazo del río Nunbirdu[33]: /El ser de los ojos brillantes, el Señor, el ser de los ojos brillantes, /El «Gran Monte», el Padre Enlil, /El ser de los ojos brillantes la vio, /El pastor... que decide los destinos, /El ser de los ojos brillantes la vio. /El Señor le habló de amor[34] (?), pero ella rehusó: /«Mi vagina es demasiado pequeña y no conoce la cópula[35], /Mis labios son demasiado pequeños y no conocen los besos...»[36]/…Mientras Enlil se paseaba por el Kiur[37]/Los Grandes Dioses, cincuenta en total,/Los Dioses que deciden los destinos, todos siete,/Se apoderaron de Enlil en el Kiur, diciendo:/«Enlil, ser inmortal, ¡sal de la ciudad!/Nunamnir,[38] ser inmortal, ¡sal de la ciudad!»
Estaba violando su propio código (los Me); los dioses en consenso, juzgando esta infracción lo enviaron al averno, hasta allí lo siguió Ninlil.[39] Para cuando Enlil partió al destierro, ya Enki tenía a su cuidado las normas, en Abzu, su santuario en las profundidades del mar.
La luna fue crucial para las culturas mesopotámicas. Tanto que fue la luna quien dio origen al sol según sus tradiciones.

Nanna 

Zu-en. « (Dios) de elevada cabeza y de cornamenta brillante»«el señor del saber». Sin, en acadio, representado por el número 30. Se considera el padre del dios sol Utu. Se simbolizaba atravesando las olas del mar en una barca. En la luna se adoraba la fuerza concentrada en ella, la inagotable vida que personificaba. Las aguas (la lluvia y la marea) estaban controladas por la luna así como sus cualidades germinativas; esto en cuanto a sus cualidades constructivas. Mirando la faceta destructiva, la de las catástrofes acuáticas como el diluvio por ejemplo, limpiaría las formas agotadas y cumplirían el papel regenerador a nivel cósmico: correspondería a los tres días de ausencia de luna visible. Era el dios de la luna, que en opinión de los sumerios era el astro más importante; era hijo de Enlil y Ninlil y fue llamado «El becerro de Enlil». Ligado a las mujeres y a la fertilidad por el ciclo menstrual; se suponía que la luna, bajo la apariencia de un hombre o de una serpiente copulaba con las mujeres durante la pubertad o en los días del flujo menstrual. Es el dios de la adivinación. Su paredra fue Ningal.

Utu

Babar (resplandecer). El dios del sol y de la moralidad, señalado con el número veinte. Es el«que hace vivir al muerto», padre de el derecho y de la justicia. Su templo lleva el nombre de «casa de juez del país». También es el dios de los oráculos, patrón de los profetas y adivinos. Su paredra fue Aya. En acadio se llamaba Shamash, se halla muy cercano al dios Heres de los cananitas y a Baal.

Origen del Hombre

Respecto a la creación humana y el asunto de la imagen divina, encontramos un fragmento de poema, donde Enki, que ha sido el encargado de crear al hombre[40], contesta a su madre:
«Oh, madre mía, la criatura cuyo nombre has pronunciado existe:/Fija en ella la imagen (?) De los dioses. /Amasa el corazón con la arcilla[41] que está en la superficie del Abismo, /Los buenos y magníficos modeladores espesarán esta arcilla. /Tú, haz nacer los miembros; /Ninmah[42] trabajará antes que tú, /Las diosas del nacimiento... estarán junto a ti/Mientras tú harás tu modelaje. /Oh, madre mía, decide el destino del recién nacido, /Ninmah fijará en él la imagen (?) de los dioses: /Es el hombre...»
La razón de ser de su creación es sencilla: formar «... los servidores de los dioses, para que puedan producir sus dobles[43]». O como dice el poema del Ganado y el grano: « Es, pues, para que se ocupara de sus hermosas granjas que el hombre recibió el soplo de la vida. » En otro poema se nos aclara el orden y la prelación de esta creación, primero ha de venir el rey quien es el encargado de la construcción y mantenimiento de los templos y luego el cuerpo de trabajadores rasos. Pero una versión paralela afirma que los humanos creados fueron dos: Ullegarra y Annegarra. El poema de Atrahasis dice que se hicieron siete parejas heterosexuales.
Al aumentar el número de los dioses, con sus respectivos descendientes, empezaron a haber problemas de alimentos para ellos; Enki es el encargado de resolver la cuestión y decide que hay que moldear los respectivos servidores de los dioses (en asuntos de alimenticios y pecuniarios), a partir de la arcilla y a imagen de los dioses[44] (labor encomendada a Ninmah, mezclando a «dios»[45]con el hombre). La vida está llena de incertidumbres y es el hombre un títere de la voluntad de los dioses.
Enki: «Señor de la tierra», que corresponde con el dios acadio Ea «casa del agua». «Segundo Enlil» Fundamento de los otros dos mundos. Dispone de los Me[46] y tiene poder para dispensarlos. Al parecer su emblema eran las serpientes entrelazadas (para quienes manejan las simbologías, la serpiente es una insignia de la luna, porque aparece y desaparece, porque cambia de piel y se regenera (es inmortal), así como personificada es el “esposo de todas las mujeres”. Quizás era medio hermano de Enlil o por lo menos no era el primogénito. Era llamado también Nudimmud, dios del abismo y del océano, de la sabiduría[47]; llevaba a cabo la praxis terrestre de los planes divinos urdidos por su hermano y estaba “codificado” con el número cuarenta. Su paredra se llamaba Ninki. No obstante, Fue Enki el que puso en práctica los detalles de organizar el universo. Comenzó por asignar diversos grados de prosperidad a las diversas tierras que integraban el mundo antiguo, inclusive Sumeria y posiblemente hasta Egipto».[48] Pero Enki también tuvo su “caída”, ya no por el deseo carnal desbordado, sino por la bebida, entregando a Inanna la famosa legislación divina. [49]
[1] Quien en el infierno fue atado y golpeado hasta cuando murió. 
[2] El dios estaba físicamente presente por medio de su imagen, tanto que cuando se llevaba a la guerra la deidad permanecía ausente; no obstante en el culto privado habían réplicas baratas de las mismas. Construidas las imágenes de los templos pasaban por un sofisticado ritual que les insuflaba vida. Como templo y casa eran sinónimos, el dios allí recibía la visita de otras deidades inferiores y las plegarias de los suplicantes. 
[3] El primer templo formal se halló en Eridu, poseía una mesa de ofrendas, un único local de puerta ancha para convidar al fiel a entrar. 
[4] PARROT André, Ob., Cit., página 98. 
[5] Encarnaciones antropomórficas de las potentes fuerzas de la naturaleza. 
[6] BRELICH Ángelo. Prolegómenos a una historia de las religiones, en Historia de las religiones Siglo XXI; Tomo I, páginas 54-56, XXI editores, México 1977. 
[7] Se pronuncia “mei”. Es a Enlil que se le concede este mérito, de las leyes universales de la existencia, para mantener el orden y la eficacia en el funcionamiento del todo. 
[8] La figura es el doble del modelo a quien sustituye, pero lo que le otorga individualidad a la estatua es el nombre inscrito en su base y no los rasgos de la misma. Teniendo significado mágico, por ejemplo las estatuas de los soberanos veneraban a los dioses e intercederían ante ellos para pedir una vida mejor. Si en su base poseen una oración escrita la intermediación sería eterna. 
[9] MALRAUX André. Prefacio en PARROT André, Sumer, Colección Universo de las formas, Aguilar S. A. Ediciones, Madrid 1981, página 21. 
[10] Es más correcto aseverar que disponían de un infierno superior donde residirán los “fantasmas” de los muertos, de un infierno intermedio donde residía Enki/Ea y que correspondía al Apsu y, de un infierno inferior donde moraban las divinidades infernales, los Anunnaki. 
[11] Que llegaban desnudos de sus adornos, joyas y atributos propios de su rango. Esta sombra o fantasma era una suerte de doble etéreo (o astral) que seguiría subsistiendo ahora sin cuerpo. 
[12] Su religión era el traslado, magnificado y sublimado, de las relaciones de sumisión, respeto y admiración, de los súbditos para con su rey. 
[13] JESTIN Raymond. La religión Sumeria, en Historia de las religiones Siglo XXI; Tomo I, páginas 245-246, Siglo XXI editores, México 1977. 
[14] El agua estará presente en todos los fenómenos germinativos de la que nacen todas las formas y a las que vuelven por regresión o cataclismo; preceden a la forma y sostienen toda la creación, siendo por tanto signo de vida. 
[15] Más el cielo intermedio antes reseñado.
[16] Este número representa una segunda vuelta a la unidad, después del cuatro (1+2+3+4+5+6+7+8+9= 28, 2+8=10, 1+0=1), solo que en este número se concretaba la unidad en la materia. En el número siete la unidad se concreta en la mente y en la materia. La clave numerológica para entenderlo radica en el número 3 sumado al número cuatro. 
[17] En el Edén hebreo, haría las veces de Dios y Enki las veces de la serpiente, que incita a los humanos a volverse como Dios. 
[18] Al parecer era eterno, de nombre Nammu (divinidad del Apsu, la gran masa de agua dulce) y quien por sí sola y sin fecundación, abarcando lo eterno femenino (Tiamat, agua salada) y lo eterno masculino (Apsu) junto, dio a luz. 
[19] Enlil, o Nunamnir.
[20] Se preparó para crear el tiempo adecuado: Él, así pues, elabora un programa acerca de universo a crear…después como un toro altivo, pone su pie sobre la tierra, y el soberano del universo decide crear el día propicio y ubroso y la noche propicia y lujuriosa…
[21] El mundo organizado derivado de reiteradas relaciones sexuales entre los dioses empezó a ser característico desde la teogonía de Dunnu. El incesto con la madre se pone a la orden del día, como algo necesario en estas etapas rudimentarias; la endogamia era necesaria y de alguna manera provechosa. 
[22] …los grandes dioses en su consejo infalible, entre las principales normas del cielo y de la tierra, instauraron el creciente lunar que daría lugar a los días, constituiría los meses y proporcionaría los presagios relacionados con el cielo y con la tierra…
[25] LARA Peinado Federico, Ob., Cit., página 10. 
[26] Año 2900. Para los sumerios habría ocurrido en estos años un diluvio universal y Kish fue la primera ciudad postdiluviana, donde descollará el rey Etana, quien en la codificación judía del Génesis podría corresponder a Sem. En los anales de los reyes (escritos para el 2.000 aproximadamente) sumerios se habla de él como el que «estabilizó todas las tierras». Se dice que contrajo nupcias con la más hermosa de las hijas de los hombres, pero ésta era estéril. 
[27] Era una diosa muy bella, también llamada Ninhursag «Señora de la montaña»: Se caracterizaba por su habilidad logística, su apasionamiento, amor al orden y gran belleza. Esta costumbre antigua de casarse con los hermanos tenía por objeto asegurar la primera línea de sucesión. La infidelidad estaba a la orden del día y era permitida en tanto que placer y lujuria pero los hijos naturales habidos de estas relaciones no contaban para la sucesión (que era lo primordial). 
[28] El abandono de la sabiduría o la razón por el deseo sexual irrefrenable, como emularán los hebreos. 
[29] Anteriormente llamada Sud, que se había convertido en una hermosa muchacha…admirada por todos, al igual que una noble y espléndida vaca. Luego de hacerla su esposa le da también el nombre de Nintu «la dama que da a luz» «la que abre los muslos» (es decir matrona, diosa de los partos ) 
[30] Nisaba. 
[31] En la versión base aquí reseñada, extraída del libro de Kramer Samuel Noah, La Historia comienza en Sumer, la mamá de Ninlil le sugiere afirmativamente hacer lo que hizo. En cambio según Bottero Jean & Kramer Samuel Noah, en «Cuando los dioses hacían de hombres», ella le prohibió hacer este exhibicionismo seductor (apelando quizás al discreto encanto de lo prohibido). [32] Este titulo de «pastor» como conductor de pueblos era característico de los pueblos sumerios y semitas. 
[33] O canal principesco. 
[34] Quiso penetrarla. 
[35] O no la puedo dilatar. 
[36] Según la co-edición de Bottero y Kramer seguiría: ¡Si mi madre se enterase me castigaría;/si mi padre se enterase me rechazaría…Su paje le arregla un encuentro forzado donde Enlil puede poseer físicamente a Ninlil y extasiarse de su juventud. De esta relación sexual nacería Sin, o el dios Luna. [37] Santuario particular de Ninlil.
[38] Epíteto de Enlil. 
[39] Allí vuelve a unirse a Enlil (que toma tres apariencias distintas) y queda embarazada de Nergal, Ninazu y Enbilulu, divinidades del mundo inferior, el nuevo espacio vital de Enlil. 
[40] Después de haber deliberado en consenso la asamblea de los dioses, habiendo creado ellos los cursos de las aguas (haber asegurado los recursos hídricos) y habiendo hecho los dioses los papeles de los humanos (trabajando durante más de 2.500 años) Enki se cuestionaba sobre el camino a seguir, no quiere decir perentoriamente que por su iniciativa se hayan creado los humanos. 
[41] En este primer relato de la creación humana no hay arcilla de por medio para los judíos, es en el segundo donde hablarán de ello. Aunque resulta transparente que el asunto de la imagen correspondería a una alusión física, dado que se habla de moldear con arcilla. 
[42] «la dama majestuosa»o también bajo el nombre de Nintu «la dama que pare», simbolizaba la diosa madre. Caracterizada por la moderación y disciplina, haciendo las veces de conciliadora entre los dioses. Tuvo hijos con Enlil e hijas con Enki. 
[43] Para que se multipliquen y hayan más domésticos prestos a servir. En el poema de Atrahasis, el muy sabio, se dice textualmente del hombre: Será él quien cargue el yugo de los dioses. 
[44] Enlil jamás estuvo de acuerdo y consideró peligrosa la creación de una raza inteligente que podía reproducirse a sí misma sin inconveniente. 
[45] Sacrificándose dos dioses secundarios (posiblemente ya en franca decadencia o mengua de sus poderes) y empleando su sangre. Según el poema de Atrahasis, fue con la carne de un dios que el hombre adquirió alma (que lo presentará vivo después de la muerte y lo guardará del olvido). Pero después del amasijo de arcilla y carne y sangre de dios, los annunaki escupieron encima del informe revoltijo.
[46] «fuerzas divinas» «modelo normativo» «arquetipo» «regla»
[47] Tuvo el control sobre la magia. 
[48] KRAMER, Samuel Noah, La cuna de la civilización, Time -life books B. V. Ámsterdam, 1981, página 103. 
[49] Texto de referencia usado, Ortiz H. Angel E. Fundamentos Culturales del Judaísmo I, páginas45-56.

Bibliografia adicional consultada

Bertman, Stephen (2003). Handbook to life in ancient Mesopotamia.ISBN 978-0-8160-4346-0. Maisels, Charles Keith (1993). The Near East: Archaeology in the "Cradle of Civilization". ISBN978-0-415-04742-5.
Ediciones 2009-10-11-12-13-17

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