Qué es argumento, significado, definición, concepto
Qué es argumento, significado, definición, concepto.
¿Que es un argumento? ¿Se lo ha preguntado alguna vez? Un argumento puede ser una deducción expresada mediante el lenguaje; un razonamiento.
La palabra "argumento" se usa a menudo en el lenguaje cotidiano para referirse a una disputa acalorada, una pelea, una pelea a gritos.
Tenga en cuenta que no utilizaremos argumentos en este sentido a lo largo de este discurso. En cambio, "argumento", como usaremos el término se refiere a "un conjunto de proposiciones o declaraciones, que están diseñadas para convencer al lector o al oyente de un reclamo o conclusión, y que incluyen al menos una razón (premisa) por aceptar la conclusión ".
Algunas otras definiciones de argumento pueden ser útiles para usted. Kathleen Dean Moore define un argumento como "un reclamo o proposición presentado junto con razones o evidencia que lo respalda". Robert Ennis define un argumento como "un intento de apoyar una conclusión dando razones para ello". ( Pensamiento crítico, 1995) Irving M. Copi, en su Introducción a la lógica , define un argumento como un "grupo de proposiciones de las cuales una, la conclusión, se supone que se sigue de las otras, que son premisas". En su libro, Critical Thinking, Richard Epstein proporciona la siguiente definición de argumento: "Un argumento es una colección de enunciados, uno de los cuales se llama la conclusión cuya verdad el argumento intenta establecer, los otros se llaman premisas, que se supone que conducen a, o apoyan, o convencer de que la conclusión es verdadera ".
Para entender "argumento", es necesario entender los términos, "proposición" o "enunciado", el propósito de los argumentos y la relación de las premisas y las conclusiones en un argumento.
A veces, se reserva el nombre de razonamiento para la actividad en general de expresar inferencias mediante el lenguaje -y así decimos, por ejemplo, «razonamiento válido»-, y el de argumento o argumentación para una clase determinada de razonamientos, y así, decimos, por ejemplo un argumento ad hominem, o una argumentación por analogía o un argumento de analogía. Pero un argumento también puede definirse como un intento de persuadir a alguien de algo, al dar motivos o pruebas para aceptar una conclusión en especial.
La argumentación es un proceso del pensamiento que atañe a las conclusiones y no a las declaraciones en que éstas se basan.
El argumento se forma de una serie de premisas, aseveraciones, razones o afirmaciones; de estas premisas se deriva una conclusión.
La validez de un argumento implica que la conclusión deriva lógicamente de las premisas; es decir que la validez o invalidez de la argumentación se aplica a las conclusiones o al argumento, no a las premisas. Si nos refiriéramos a estas, deberíamos calificarlas como verdaderas o falsas.
Para evaluar un argumento hay que examinar tanto las premisas como las conclusiones: las premisas han de ser exactas y cabales; la conclusión debe derivarse clara e incontrovertiblemente de ellas.
La validez de un argumento implica que la conclusión deriva lógicamente de las premisas; es decir que la validez o invalidez de la argumentación se aplica a las conclusiones o al argumento, no a las premisas. Si nos refiriéramos a estas, deberíamos calificarlas como verdaderas o falsas.
Para evaluar un argumento hay que examinar tanto las premisas como las conclusiones: las premisas han de ser exactas y cabales; la conclusión debe derivarse clara e incontrovertiblemente de ellas.
Cuando un argumento falla, probablemente adolece de una de las siguientes fallas:
1-) La evidencia no ha sido cabal; algunas evidencias en concreto se han obviado o se han ignorado.
2-) La evidencia no ha sido exacta; se han dado por hechos declaraciones falsas, no comprobadas o engañosas.
3-) La conclusión no se deduce clara e incontrovertiblemente de las premisas; no es firme la relación entre las premisas y la conclusión.
Si suceden algunos de los casos mencionados anteriormente, se habla de argumento falaz. El argumento alardea de haber cumplido algo que en realidad no lo hizo.
1-) La evidencia no ha sido cabal; algunas evidencias en concreto se han obviado o se han ignorado.
2-) La evidencia no ha sido exacta; se han dado por hechos declaraciones falsas, no comprobadas o engañosas.
3-) La conclusión no se deduce clara e incontrovertiblemente de las premisas; no es firme la relación entre las premisas y la conclusión.
Si suceden algunos de los casos mencionados anteriormente, se habla de argumento falaz. El argumento alardea de haber cumplido algo que en realidad no lo hizo.
Otra pregunta que me asalta ahora que intento definir que puede ser argumento es, ¿porqué la gente arguye? Algunos lo hacen por su espíritu investigativo, por amor a la verdad, para determinar un curso de acción razonable o para obtener una solución al asunto que discute...pero la gran mayoría tiene alicientes diversos como:
De pronto sea por llamar la atención; para lucirse o causar buena impresión en los demás; para compensar sus debilidades o frustraciones; para tratar de ganar ventaja sobre otras personas; para tratar de imponer su voluntad o ideas sobre otros; como válvula de escape de frustraciones, tensiones u hostilidad. Los expertos recomiendan considerar estas preguntas cuando vamos a entrar en una discusión argumentada: ¿Como deseo que termine este argumento? ¿Que pretendo sacar de esta discusión?
Así como hay argumentos académicos de cuyo desenlace no afecta tanto a los participantes, hay argumentos más reales donde es preciso encontrar una solución, una conclusión armónica, un resultado con consecuencias mutuamente benéficas. En este tipo de situaciones conviene cuestionarnos: ¿Sobre qué, específicamente, discutimos?¿Que clase de conclusión buscamos? ¿Cómo puede quedar satisfecho cada uno de nosotros? ¿Cuales son los hechos? ¿Cual es la naturaleza específica del desacuerdo? ¿Que tipo de resolución buscamos? Después de hacer hay que registrar los puntos en común para ahí sí proceder a identificar desde dónde se comienza a discrepar. Y habiendo hecho esto, debemos empezar a identificar y resolver una a una las diversas fuentes específicas del desacuerdo.
El argumento con eficacia requiere habilidad, paciencia, delicadeza, tacto, diplomacia, sensibilidad.
...
Argumento deductivo.
Cuando pasamos de lo general a lo particular, las premisas nos dan la garantía de la conclusión (esta es la consecuencia lógica de las premisas)
Argumento inductivo.
Cuando pasamos de particular a lo general, las premisas nos dan una probable conclusión verdadera.
De pronto sea por llamar la atención; para lucirse o causar buena impresión en los demás; para compensar sus debilidades o frustraciones; para tratar de ganar ventaja sobre otras personas; para tratar de imponer su voluntad o ideas sobre otros; como válvula de escape de frustraciones, tensiones u hostilidad. Los expertos recomiendan considerar estas preguntas cuando vamos a entrar en una discusión argumentada: ¿Como deseo que termine este argumento? ¿Que pretendo sacar de esta discusión?
Así como hay argumentos académicos de cuyo desenlace no afecta tanto a los participantes, hay argumentos más reales donde es preciso encontrar una solución, una conclusión armónica, un resultado con consecuencias mutuamente benéficas. En este tipo de situaciones conviene cuestionarnos: ¿Sobre qué, específicamente, discutimos?¿Que clase de conclusión buscamos? ¿Cómo puede quedar satisfecho cada uno de nosotros? ¿Cuales son los hechos? ¿Cual es la naturaleza específica del desacuerdo? ¿Que tipo de resolución buscamos? Después de hacer hay que registrar los puntos en común para ahí sí proceder a identificar desde dónde se comienza a discrepar. Y habiendo hecho esto, debemos empezar a identificar y resolver una a una las diversas fuentes específicas del desacuerdo.
El argumento con eficacia requiere habilidad, paciencia, delicadeza, tacto, diplomacia, sensibilidad.
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Argumento deductivo.
Cuando pasamos de lo general a lo particular, las premisas nos dan la garantía de la conclusión (esta es la consecuencia lógica de las premisas)
Argumento inductivo.
Cuando pasamos de particular a lo general, las premisas nos dan una probable conclusión verdadera.
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