Brendan descubre America

En St. Brendan (San Barandándescubre America, veremos las andanzas de este religioso y sus nexos con la tradición sobre el descubrimiento de America.
Se encontraba St. Brendan en un monasterio de Irlanda cuando un abad visitante le habló de su viaje a través del océano a la "Tierra prometida de los santos". Brendan decició verla por sí mismo.De esa forma, un día del siglo VI, Brendan y 17 monjes parten en un bote de madera recubierto con pieles de buey.

Sus aventuras fueron maravillosas.Por ejemplo llegaron a islas de ovejas blancas gigantes y a otra cubierta por el canto de los pájaros, que abundaban tanto que le impedían caminar (me imagino el estruendo piar de las aves). Otra de las islas era de solo piedras, otra de bosques espesos; otra que denominó isla de las corrientes; una más pletórica de viñas Y muchas otras narraciones fantásticas, que incluían gran variedad de árboles y frutos extraños para sus paladares. Finalmente, después de siete años, cansados al no hallar la famosa tierra prometida de los santos, regresaron a Irlanda.

Esta historia la cuenta un manuscrito en latín, de autor anónimo, Navigatio Brendani Sancti Abbatis.Según otras fuentes, Navigatio Sanctis Brandani, que se conserva en la biblioteca vaticana

Se especula que gente que leyó el navigatio, volvió a estos mismos parajes por el año 800 de nuestra era, por lo menos 100 años después de la muerte de Brendan.Esta narración fue tremendamente popular durante la edad media, sobre todo porque mezclaba a la perfección el romance marítimo y la teología cristiana.

Ahora bien, los estudiosos actuales ven al navigatio como un obra de literatura mas no de historia. Según ciertas tendencias, Brendan tiene más símiles con el rey arturo o con Ulises que con un personaje real. Y algunos se atreven a ubicar el manuscrito dentro de la literatura irlandesa temprana o imrama, con la característica global de contar historias fantásticas en el mar. Pero hay una diferencia significativa entre el navigatio y las otras obras del imrama: el navigatio provee de direcciones de navegación y descripciones detalladas de los destinos visitados por los monjes.Aplicando las instrucciones derivadas del manuscrito, algunos intelectuales sugieren que St. Berdan y sus monjes visitaron a America del Norte.Si esto fue así, Brendan descubrió a America unos mil años antes que Colón.

Entre quienes defienden esta postura están Geoffrey Ashey, un historiador medieval famoso en los años 60 y, el aviador experto en volar el Atlántico Norte (durante los años 70), Paul Chapman.Se dice, por ejemplo, que las islas mencionadas al comienzo de este post, corresponden a las islas Feroes, un archipiélago entre Escocia e Irlanda. ¡Claro! Las ovejas que allí existen no son gigantes ni los pájaros cantan himnos como se infiere del manuscrito, pero hay cantidades de estos ejemplares. Y así sucesivamente.
Según el navigatio, después de haberse instalado temporalmente encima de una isla móvil (suponemos que era una ballena), vagaron encima de ella durante unos 20 días, hasta cuando fueron lanzados a la deriva durante otros 40 días, antes de llegar a una isla arbolada.Chapman supone que llegaron a las boscosas Barbados. Las frutas exóticas debieron ser posiblemente pomelos oriundos del caribe y el paisaje pintoresco, obviamente el de las Indias occidentales.
El asunto se complica aun mas cuando conocemos de tres manuscritos que parecen confirmar esta hipótesis, la de la llegada precia al continente americano por cuenta de los irlandeses, aunque la procedencia de estos textos es de Islandia. Son famosas sagas como la saga de Thorfin Karlsefni que algunos asumen como una traducción "enriquecida" de la navigatio. Y que no decir de la saga de Erik el rojo y de Leif Eriksson

En la Saga de Erik el Rojo, los vikingos llegaron a América, capturaron a algunos nativos, y les enseñaron su idioma. Los nativos le dijo a los nórdicos que habitantes de un país cuyo pueblo llevaba vestidos blancos y marcharon con palos con un trapo en ellos. Para los nórdicos que escucharon esta historia, según la leyenda, esto sonaba muy parecido a una procesión de monjes irlandeses. 
No resulta descabellado suponer que Cristóbal Colón conociera estos manuscritos y tradiciones.

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