Agosto-Septiembre 1492-historia de España

En el siguiente artículo que he dado en llamar Agosto-septiembre 1492 veremos detalles previos al descubrimiento de América, por decirlo de alguna forma, el día a día de los marinos de Colón.

3 de Agosto de 1492: Día viernes. Noventa hombres en tres naves debidamente apertrechadas zarparon de Palos de Moguer, poniendo proa al sudeste, en dirección a las Islas Canarias (usado como referente), desde donde se pensaba navegar directo a Occidente.

4-6 de Agosto de 1492: El timón de la carabela “Pinta” se averió Y se supuso en primera instancia que podía tratarse de una estratagema de Cristóbal Quintero (su anterior dueño, quien viajó forzado por las circunstancias). El capitán de la nave, Martín Alonso Pinzón lo compuso temporalmente atándole cuerdas, hasta que el martes 5 ya era imposible controlarlo debido a los fuertes vientos. Este inconveniente obligó a Colon y a sus tripulantes a buscar tierra firme donde enmendar su problema.

9-23 de Agosto de 1492: Avizoraron las Islas Canarias pero el viento estaba en contra y tardaron tres días en tocar tierra. Colón salió en busca de un navío sustituto pero debió resignarse a tener que reparar su carabela descompuesta, a la que cambiaron de timón y de velamen.
1-6 de Septiembre de 1492: Ese viernes desplegó velas hacia otra de las islas que componen las Canarias (La Gomera), para aprovisionarse de alimentos, agua y leña. El día cuatro partieron pero las malas condiciones del viento no les permitieron alejarse mayor cosa de las costas. El día 6 perdieron de vista tierra firme, marchando hacia las desconocidas aguas del Océano Atlántico.

11 de septiembre de 1492: Los vientos alisios favorecieron a los expedicionarios, que temerosos ante la noticia de unos buques portugueses rondando, especulaban que quizás iban a capturar a Colón, como retaliación del rey de Portugal por haber emprendido esta Odisea bajo la égida española. Hubo llantos y escenas de nostalgia porque parecía que por fin marchaban en serio hacia su destino, alentados todo el tiempo por la ambición de tierras y riquezas sin parangón. Según su hijo Fernando Colón, “después de haberlos confortado, ofreciéndoles largamente tierras y riquezas, para aumentar su esperanza y diminuir el temor, que del largo viaje tenían, procuró rebajar las leguas que se navegaban, para que no se imaginasen estaban tan lejos de España”. Hallaron el día 11 un pedazo de mástil que llevaba muchos días a la deriva, perteneciente a un bajel de 120 toneladas.
13-16 de septiembre de 1492: En la noche del viernes 13, Colón descubre las variaciones de la aguja de marear y cómo en lugar de apuntar hacia la estrella norte, lo hacía 5 o 6 grados al Nor-Oeste. Entre mas pasaban los días la desviación era más notoria y también lo percibieron los nerviosos pilotos. El día 14 vieron una garza y un pájaro llamado Rabo de Junco (Ninguno de los cuales tienen una larga autonomía de vuelo), para algazara de los tripulantes que percibían cercana su meta. Caída la noche de ese sábado les tocó en suerte ver caer un meteoro como a 5 leguas de las naves (cosa inimaginable para los supersticiosos navegantes). Al amanecer del día 15, fue curioso que hubiera en la superficie del agua, cantidad de pasto (alguno verde todavía), dentro del cual venía un cangrejo vivo; cayendo la noche una profusión de atunes rodeaban las carabelas.
18-19 de septiembre de 1492: una mar en calma (y aparentemente menos dulce) hacía parecer como inminente la llegada a tierra firme y cada quien se peleaba por ser el primero en otearla. Desde la Pinta se increpó al almirante Colón de una gran cantidad de aves volando hacia el poniente (horizonte norte), conjeturando que hacia allí entonces estaría la pretendida tierra firme. Mas Colón no se dejó desviar y prosiguió su rumbo firme hacia el Oeste. Al día siguiente posaron dos alcatraces o pelícanos (siendo animales que se alejan poco de las costas, veinte leguas a lo sumo calculaban) en las naves, despertando ansiedad en sus ocupantes que lanzaron una sonda de doscientas brazas creyendo tocar fondo, labor por ahora imposible.
20-31 de septiembre de 1492. La tensión y el estrés de no hallar lugar donde atracar sus barcos, hacía que la tripulación de Cristóbal Colón (Christophe Colomb) empezara a murmurar y a impacientarse contra su Almirante. « Cuantas más señales, veían que salían vanas, tanto más crecía el miedo de la gente y se aumentaba la ocasión de murmurar y retirados en los navíos, decían que el Almirante, con su loca fantasía, había resuelto hacerse gran señor a costa de sus vidas…»
Pero Cristóbal Colón (Christophe Colomb), curtido por veinte largos años de esperas y citas en las Cortes de Portugal y España (¡tanto había soñado su sueño y lo había detallado cuidadosamente!), sin perder su Norte, capoteaba este mini-temporal. Pero estos hombres de baja ralea en su mayoría empezaron a amotinarse.

Hasta ese momento solo él y Martín Alonso Pinzón creían estar cerca de Cipango, de acuerdo con su particular mapa. Las falsas alarmas se repetían sin cesar; los gritos de “Tierra” se multiplicaban y hasta el mismo Colón cedió a las presiones y torció un tanto su rumbo hacia el Sud-Oeste…pero generalmente se trataba de ilusiones ópticas solamente.

Bibliografia
Irving Washington. Colón el descubridor. Editorial Claridad S.A., Buenos Aires 1942.
Colón Fernando. Historia del Almirante Don Cristóbal Colón Primer Volumen. Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes.
Monografía sobre Cristóbal Colón, Biblioteca Cervantes.

Ver también: Octubre de 1492

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