Cosmología en Aristóteles, aportaciones a la física, ciencia, sistema solar, el universo, heliocentrismo, tierra redonda
Cosmología en Aristóteles, aportaciones a la física, ciencia, sistema solar, el universo, heliocentrismo, tierra redonda; aportes, ideas, cosmos.
La cosmología de Aristóteles(ca. 350 a. C.) difería en varios aspectos de la visión atomista[1]. Aristóteles erigió el mundo a partir de cinco elementos: tierra, agua, aire, fuego y éter. Nada era casual ni accidental. Todo tenía su espacio natural y su propósito. El lugar natural de la Tierra es el centro del universo, y todas las partículas semejantes a ella que flotan en el cosmos se desplazan en esa dirección.
El éter es una substancia divina e indestructible; su espacio natural son los cielos, donde forma las estrellas y otros cuerpos celestiales. El agua, el aire y el fuego ocupan lugares intermedios. El Sol, los planetas y las estrellas están fijos a esferas rígidas, las que giran en círculos perfectos en torno a la Tierra estática. Tales rotaciones dan forma al día y la noche.
La esfera exterior, la primum mobile, gira gracias al amor de un dios, mientras que las esferas interiores rotan armoniosamente por la misma causa. Como vemos, a diferencia de la antigua teoría atomista, el cosmos de Aristóteles tiene propósito y está limitado en el espacio, extendiéndose sólo hasta la esfera exterior. Ambas teorías concordaban en un aspecto importante: el universo era eterno. El éter, componente de los cuerpos celestiales y divinos, "es eterno, no crece ni se reduce, sino que es infinito, inalterable y permanente".El universo de Aristóteles no era solamente eterno; también era estático. Esta creencia de un cosmos inalterable dominó el pensamiento occidental hasta bien entrado el siglo XX.[2].
[1] El libro de referencia de Aristóteles se llama De los cielos. “…fue capaz de establecer dos buenos argumentos para creer que la Tierra era una esfera redonda en vez de una plataforma plana. En primer lugar, se dio cuenta de que los eclipses lunares eran debidos a que la Tierra se situaba entre el Sol y la Luna. La sombra de la Tierra sobre la Luna era siempre redonda. Si la Tierra hubiera sido un disco plano, su sombra habría sido alargada y elíptica a menos que el eclipse siempre ocurriera en el momento en que el Sol estuviera directamente debajo del centro del disco. En segundo lugar, los griegos sabían, debido a sus viajes, que la estrella Polar aparecía más baja en el cielo cuando se observaba desde el sur que cuando se hacía desde regiones más al norte. (Como la estrella Polar está sobre el polo norte, parecería estar justo encima de un observador situado en dicho polo, mientras que para alguien que mirara desde el ecuador parecería estar justo en el horizonte.)
A partir de la diferencia en la posición aparente de la estrella Polar entre Egipto y Grecia, Aristóteles incluso estimó que la distancia alrededor de la Tierra era de 400.000 estadios. No se conoce con exactitud cuál era la longitud de un estadio, pero puede que fuese de unos 200 metros, lo que supondría que la estimación de Aristóteles era aproximadamente el doble de la longitud hoy en día aceptada. Los griegos tenían incluso un tercer argumento en favor de que la Tierra debía de ser redonda, ¿por qué, si no, ve uno primero las velas de un barco que se acerca en el horizonte, y sólo después se ve el casco?” HAWKING STEPHEN. Historia del tiempo. Del Big Bang a los agujeros negros. Editorial crítica (Grupo editorial Grijalbo, Bogotá 1988), página 18.
[2] LIGHTMAN Alan. LUZ ANTIGUA. Nuestra cambiante visión del universo. Editorial Andrés Bello Española, Santiago de Chile, 1997.
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Ediciones 2012-14-17
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