MARCION
Marcion, biografía,historia; nació en el año 85 y falleció en el 159 de la era cristiana.
Se decía que era hijo del obispo de Sinope (en el Ponto, cerca al mar Negro)[1]; que en sus primeros años era armador (propietario de barcos) y que hizo fortuna en ello.
Marción fue uno de los más importantes pensadores (aunque cuestionado por sectores ortodoxos) del siglo II, así debido a sus ideas sea inclasificable, debido a sus aportes para la fundación de la iglesia marcionita y al esclarecimiento del Canon del Nuevo Testamento[2]. Frecuentemente es llamado gnóstico por sus coincidencias en cosmología y soteriología, con esa línea ideológica[3].
Del 138 al 140 viajó a Asia Menor y a Roma involucrándose con las iglesias cristianas estrechamente. Fue de nuevo excomulgado en el año 144 y es cuando se decide a fundar su propia iglesia[4].
Podemos definir a Marción como un crítico de la biblia, más teólogo que filósofo. Se decía que era un discípulo convencido de Pablo de Tarso y basaba su doctrina en la oposición entre la Ley y el Evangelio, extremando la postura paulista que reconocía algunos aspectos positivos a dicha Ley. Establecía una oposición entre el Creador (o Demiurgo), el Dios Justiciero del Antiguo Testamento, y el Padre revelado por Jesús[5]. Sistematizó su posición en el libro de las Antítesis, del que solo restan fragmentos, mostrando por ejemplo la incompatibilidad entre el Dios que ordena la guerra y el Padre de Misericordia. Corolario de lo anterior rechazaba en bloque todo el Antiguo Testamento, afirmando que solo el Evangelio de Lucas (expurgado de sus primeros capítulos[6]) y diez cartas paulinas eran creíbles, empezando por Gálatas[7].
Pensaba que el evangelio de Jesús había sido incomprendido y falseado por los apóstoles y que solo Pablo había acertado en sus interpretaciones.
Para la veracidad histórica de su vida e ideas tan solo hemos contado con la versión de sus detractores, como Tertuliano (que escribía en latín), Justino Mártir (que lo hacía en griego) por ejemplo.
Los seguidores de Marción modificaron sus enseñanzas, sobre todo Apelles, ajustando más esta línea religiosa con el gnosticismo. [8]
La historia oficial, escrita por los “triunfadores” de la iglesia del statu quo, lo describe como hereje y solo hasta el siglo XIX, con el historiador de la iglesia Adolf Von Harnack e intelectuales como Ernst Bloch o el historiador Arnold Joseph Toynbee es que se ha tornado interesante su pensar, como una manera paralela de entender el cristianismo naciente. [9]
[1] Esto de acuerdo con Hipólito quien además afirmaba que fue su mismo padre quien tuvo que excomulgarlo por sus ideas.
[2] Realmente su selección restrictiva aceleró un proceso ya en curso que reunió en un solo libro el Antiguo Testamento y los escritos apostólicos
[3] Aunque difiere con esas sectas en que no profundiza en el Pleroma ni sobre la liberación mediante la gnosis. El dualismo profesado por Marción es de orden histórico, y no de naturaleza metafísica.
[4] Una estructura religiosa paralela a la iglesia oficial, con su propio cuerpo de ancianos, obispos, sacerdotes y catecúmenos, y liturgia particular.
[5] Que sería el Dios verdadero, henchido de amor; los otros dos en últimas se encasillarían en un único concepto de dios justiciero ajeno a la maldad. Por ende el mundo material, fruto de la primera concepción divina aquí manifestada, era imperfecto. La ley judía entonces no podía ser más que una moral positiva y verdadera por medio de la cual el Creador controlaba la humanidad (así esta la rechazara). Esta clase de conclusiones sin embargo no le condujeron a una antinomia licenciosa, al contrario le indujeron a ser más bien ascético, declinando el matrimonio y las relaciones sexuales.
Para Marción, Jesús estaba más allá del judaísmo, es más no vino a cumplir ninguna profecía hebrea, según su particular punto de vista. Un Jesús que no tuvo un cuerpo real según opina
[6] “Contaminados” por el Judaísmo. Omite por ejemplo los relatos de la infancia de Jesús, genealogía, bautismo y el pasaje de la tentación.
[7] Y excluyendo a las dos cartas a Timoteo, la carta a Tito
[8] Bibliografía consultada:
Cothenet Édouard. Marción, en Poppard Paul, Diccionario de las religiones, Editorial Herder Barcelona, 1982.
Wilken Robert L, (1987), Marcion, in Lindsay Jones, Editor in Chief, 2005, Encyclopedia of Religion, Second edition. Thomson Gale, a part of The Thomson Corporation.
Wilson R. McL. (1967), Marcion, in Borchert Donald M, Editor in Chief, Encyclopedia of Philosophy, Second Edition, 2006. Thomson Gale, a part of the Thomson Corporation.
[9] A nadie curioso en estos menesteres se le escapa la dicotomía manifiesta entre las palabras puestas en boca de Jesús por los evangelistas y la doctrina paulista. Por ejemplo en los Evangelios se declara que Jesús vino a predicar a los judíos, no a los gentiles, contradiciendo abiertamente lo propuesto por Pablo.
Ver también: Abrahan
Se decía que era hijo del obispo de Sinope (en el Ponto, cerca al mar Negro)[1]; que en sus primeros años era armador (propietario de barcos) y que hizo fortuna en ello.
Marción fue uno de los más importantes pensadores (aunque cuestionado por sectores ortodoxos) del siglo II, así debido a sus ideas sea inclasificable, debido a sus aportes para la fundación de la iglesia marcionita y al esclarecimiento del Canon del Nuevo Testamento[2]. Frecuentemente es llamado gnóstico por sus coincidencias en cosmología y soteriología, con esa línea ideológica[3].
Del 138 al 140 viajó a Asia Menor y a Roma involucrándose con las iglesias cristianas estrechamente. Fue de nuevo excomulgado en el año 144 y es cuando se decide a fundar su propia iglesia[4].
Podemos definir a Marción como un crítico de la biblia, más teólogo que filósofo. Se decía que era un discípulo convencido de Pablo de Tarso y basaba su doctrina en la oposición entre la Ley y el Evangelio, extremando la postura paulista que reconocía algunos aspectos positivos a dicha Ley. Establecía una oposición entre el Creador (o Demiurgo), el Dios Justiciero del Antiguo Testamento, y el Padre revelado por Jesús[5]. Sistematizó su posición en el libro de las Antítesis, del que solo restan fragmentos, mostrando por ejemplo la incompatibilidad entre el Dios que ordena la guerra y el Padre de Misericordia. Corolario de lo anterior rechazaba en bloque todo el Antiguo Testamento, afirmando que solo el Evangelio de Lucas (expurgado de sus primeros capítulos[6]) y diez cartas paulinas eran creíbles, empezando por Gálatas[7].
Pensaba que el evangelio de Jesús había sido incomprendido y falseado por los apóstoles y que solo Pablo había acertado en sus interpretaciones.
Para la veracidad histórica de su vida e ideas tan solo hemos contado con la versión de sus detractores, como Tertuliano (que escribía en latín), Justino Mártir (que lo hacía en griego) por ejemplo.
Los seguidores de Marción modificaron sus enseñanzas, sobre todo Apelles, ajustando más esta línea religiosa con el gnosticismo. [8]
La historia oficial, escrita por los “triunfadores” de la iglesia del statu quo, lo describe como hereje y solo hasta el siglo XIX, con el historiador de la iglesia Adolf Von Harnack e intelectuales como Ernst Bloch o el historiador Arnold Joseph Toynbee es que se ha tornado interesante su pensar, como una manera paralela de entender el cristianismo naciente. [9]
[1] Esto de acuerdo con Hipólito quien además afirmaba que fue su mismo padre quien tuvo que excomulgarlo por sus ideas.
[3] Aunque difiere con esas sectas en que no profundiza en el Pleroma ni sobre la liberación mediante la gnosis. El dualismo profesado por Marción es de orden histórico, y no de naturaleza metafísica.
[4] Una estructura religiosa paralela a la iglesia oficial, con su propio cuerpo de ancianos, obispos, sacerdotes y catecúmenos, y liturgia particular.
[5] Que sería el Dios verdadero, henchido de amor; los otros dos en últimas se encasillarían en un único concepto de dios justiciero ajeno a la maldad. Por ende el mundo material, fruto de la primera concepción divina aquí manifestada, era imperfecto. La ley judía entonces no podía ser más que una moral positiva y verdadera por medio de la cual el Creador controlaba la humanidad (así esta la rechazara). Esta clase de conclusiones sin embargo no le condujeron a una antinomia licenciosa, al contrario le indujeron a ser más bien ascético, declinando el matrimonio y las relaciones sexuales.
Para Marción, Jesús estaba más allá del judaísmo, es más no vino a cumplir ninguna profecía hebrea, según su particular punto de vista. Un Jesús que no tuvo un cuerpo real según opina
[6] “Contaminados” por el Judaísmo. Omite por ejemplo los relatos de la infancia de Jesús, genealogía, bautismo y el pasaje de la tentación.
[7] Y excluyendo a las dos cartas a Timoteo, la carta a Tito
[8] Bibliografía consultada:
Cothenet Édouard. Marción, en Poppard Paul, Diccionario de las religiones, Editorial Herder Barcelona, 1982.
Wilken Robert L, (1987), Marcion, in Lindsay Jones, Editor in Chief, 2005, Encyclopedia of Religion, Second edition. Thomson Gale, a part of The Thomson Corporation.
Wilson R. McL. (1967), Marcion, in Borchert Donald M, Editor in Chief, Encyclopedia of Philosophy, Second Edition, 2006. Thomson Gale, a part of the Thomson Corporation.
[9] A nadie curioso en estos menesteres se le escapa la dicotomía manifiesta entre las palabras puestas en boca de Jesús por los evangelistas y la doctrina paulista. Por ejemplo en los Evangelios se declara que Jesús vino a predicar a los judíos, no a los gentiles, contradiciendo abiertamente lo propuesto por Pablo.
Ver también: Abrahan
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