Papa Leon X, biografia, historia, vida, quien fue, que hizo
Papa Leon X, biografia, historia, vida, quien fue, que hizo, hechos destacados.
Leon X fue un papa del renacimiento muy famoso en su momento y hemos querido traer aquí su biografía.
Leon x (en inglés Leo X), Giovanni de´Medici[1], 1475-1521. Papa desde 1513 hasta 1521 (fue el último papa no sacerdote; solo llegó a diácono en esta jerarquía). Era hijo de Lorenzo el Magnífico y Clarice Orsini.
Giovanni de´Medici fue destinado desde a la carrera eclesiástica y tanto interés puso su padre en que lo fuera, que a los 7 años ya tenía la tonsura y, debido a su influencia y dinero, consiguió hacerlo cardenal, en secreto, a los 13 años.
Recibió una refinada educación humanística, bajo la tutela de Marsilio Ficino y de Angelo Poliziano. El futuro Leon X estudiaría así mismo teología y derecho canónico en Pisa, durante los años de 1489-1491. Solo hasta el año de 1492 (sí, el famosísimo año del descubrimiento de America por parte de don Cristobal Colon), asumió públicamente su rol de cardenal y comenzó a participar activamente en las actividades de la iglesia.
Dos años más tarde la dinastía Medici, en Florencia es depuesta y se proclama la República[2]. Giovanni logra huir y, tras una estancia en el extranjero, se trasladó a un palacio en actualmente el palacio Madama-, en el año 1500.
Allí tomó parte en las diversas actividades políticas de los Estados del Papa hasta que le correspondió llevar las tropas aliadas de su familia y el Papa hasta Florencia en el año de 1512 para restablecer la dinastía familiar en ese Estado.
Al morir el papa Julio II, Giovanni de´Medici fue elegido papa sin concurso con el nombre de Leon X. Esto a la edad de 38 años[3].
El papado de Leon X estuvo signado por las guerras que asolaron a Italia en su momento; fue testigo de la rebelión protestante de Martin Lutero- a quien el papa Leon condenó en 1520- aunque el papa no pudo prever sus alcances.
León X murió tan de repente que se propagaron rumores sobre su posible envenenamiento, aunque la autopsia no pudiera confirmar tales rumores.
Fue Leon X un humanista, un protector de la letras y de las artes (un famoso retrato de él, hecho por Rafael puede ser visto en el Museo Pitti de Florencia). No obstante sus contemporáneos fueron duros con su interés por las actividades sociales, considerándolas excesivas.
Pero he aquí la joya de la corona. Varios indicios apuntan hacia una presumible homosexualidad del papa Leon X: La prueba principal la aporta el historiador Francesco Guicciardini (1483-1540), que, a tan sólo unos años después de la muerte de Leon X, escribió en 1525 que a Leon X gustaba de la sodomía. Más adelante se dice también que el conde Ludovico Rangone Malatesta Y Galeotto[4] era su amante [5]. ¿O tal vez era bisexual? Porque los textos también mencionan amantes mujeres e hijos ilegítimos.
El Papa Leon X, un verdadero hijo del renacimiento.
[1] O Juan de Medicis.
[2] Por cuenta de Carlos VIII y Savonarola
[3] Solo por equilibrar la balanza, contemos la versión oficial de la Iglesia: “Los humanistas, poetas y artistas saludaron con entusiasmo el advenimiento del hijo de Lorenzo el Magnífico. Se hizo famoso un epigrama que decía que, después del dominio de Venus (Alejandro VI) y Marte (Julio II), venía ahora finalmente el reinado de Minerva. A ninguno de aquellos singulares cristianos se le ocurría pensar que lo que el papa personifica es precisamente el reinado de Cristo.
Sin embargo, León X no tenía la grandeza de espíritu de su antecesor. Era un hombre bondadoso, alegre y simpático. Contento de haber llegado a papa, quería que todo el mundo lo estuviera también.
Concedía mercedes a manos llenas, a ricos y a pobres. Amaba las artes, pero más que las monumentales, la música, la poesía y el teatro. Se divertía incluso con las bromas de los bufones de su corte. Su vida privada no está afeada con máculas morales, ni siquiera en su juventud. Cumplía piadosa y devotamente los servicios divinos correspondientes a su alto ministerio.
Pero en su corte se llevaba una vida completamente profana.
En otoño organizaba suntuosas cacerías, generalmente en la región situada entre Roma y Civitavecchia, cuyos campesinos sacaban de ellas más provecho que de la mejor cosecha. Pero esta principesca munificencia degeneró en prodigalidad. Decíase en son de burla que León X había arruinado a tres pontificados: había dilapidado, en efecto, el tesoro dejado por sus ahorrativos antecesores, las rentas de su propio reinado y además las de su sucesor, que se vería obligado a pagar sus deudas.
Lo que más entristece al considerar la pompa mundana de León X, es pensar que bajo su régimen empezó la gran apostasía del norte de Europa. Mientras Lutero fijaba sus tesis en Wittenberg, en el Vaticano se representaban comedias. Bajo Julio II la situación se había hecho muy grave, pero aún no desesperada; ahora era de veras desesperada, pero nadie la tomaba en serio. Se marchaba de cabeza al abismo entre risas y danzas.
Políticamente, León X fue, en conjunto, afortunado. Educado, como auténtico Médicis, en todas las artes diplomáticas de la época, cambió continuamente de posición, conspirando ora con los franceses contra el emperador, ora con el emperador contra los franceses, ora con ambos a la vez, pero siempre fue dueño de la situación.
Como además del Estado Pontificio gobernaba a Florencia, hizo del papado una gran potencia política. Hasta qué punto había llegado la corrupción en Roma, lo demuestra la conjuración de los cardenales en 1517, año en que Lutero publicó sus tesis. León X era un papa popular, pero entre los cardenales había muchos descontentos. Cabeza de la conjuración fue el cardenal Petrucci, el cual estaba además movido por sentimientos de rivalidad política, ya que hasta poco antes su familia había ocupado en Siena una posición análoga a la de los Médicis en Florencia. El plan de Petrucci era asesinar al papa con ayuda de su médico. Ganó a su causa a los cardenales Sauli, Soderini, Accolti, Castellesi e incluso al viejo camarlengo Rafael Riario, el nepote de Sixto IV. No podemos decir con seguridad en qué medida estaban éstos complicados en el proyecto de asesinato, pero lo cierto es que dejaron las manos libres a Petrucci. Riario esperaba con esta ocasión llegar a ser papa.
El complot fue descubierto, y León X intervino enérgicamente. Petrucci fue ajusticiado, y los demás escaparon del mal paso con fuertes multas en dinero. Seguidamente León X tomó la medida más indicada en tales circunstancias, que fue nombrar en un sólo día treinta y un cardenales, con lo cual no sólo cambió el aspecto del colegio cardenalicio, sino que además el papa volvió a ser el dueño de su propia casa, puesto que desde hacía mucho tiempo, casi desde la época de Aviñón, los cardenales se habían habituado a actuar al lado del papa como príncipes independientes. Entre los nombrados había algunas personalidades distinguidas:
De Cupis, Campeggio, Adriano de Utrecht, el futuro Adriano VI, y además tres generales de órdenes: de los franciscanos Cristóbal Numai, de los agustinos el noble Egidio de Viterbo, de los dominicos Tomás de Vío, conocido por el nombre de Cayetano por su patria Cayeta (Gaeta), el más importante teólogo de aquel tiempo.
Con estos nombramientos León X reparó muchos de sus otros errores, y sobre todo echó las semillas para una posterior reforma. Pero considerado en conjunto, no puede decirse que figure entre los papas que han honrado la sede de Pedro.” HERTLING LUDWIG. Historia de la Iglesia. Barcelona, Editorial Herder 1989, páginas 255-257.
[4] Un joven de 16 años al que presentaron al papa en un momento dado y fue tomado bajo la protección papal, recibiendo a los mejores tutores de la época. Su padre se opuso férreamente a la idea todo el tiempo, quizás porque maliciaba segundas intenciones en la actitud e Leon X, se cuenta.
[5] Otro amante que se le atribuye era Alfonso Petrucci de Siena, a quien haría cardenal. Posteriormente sabemos que estaría implicado en la conjura para asesinar a Leon X, envenenándolo, al momento de ser operado de unas hemorroides. Fue descubierto y ajusticiado.
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