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Mostrando las entradas de abril, 2008
Vermeer, woman with a balance
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Caravaggio
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El Artista que Surgió del Mal César Pérez Pinzón[1] Oscar Wilde aventuró que el hecho de que un artista sea un envenenador, no dice nada en contra de su obra. La tradición afirma que en 1573 Michelangelo Merisi nació asesino y talentoso en Caravaggio (Lombardía), población que le cedería su nombre para el arte. Nuevas fuentes hablan de 1571 y de Milán. Lo cierto es que, como falleció en 1610, le correspondieron dos períodos fundamentales de la historia de la humanidad: el Renacimiento y el Barroco. En el campo de la pintura, el segundo se debe casi todo a él. A comienzos del siglo XVII Roma es el centro de la creación artística europea. Hereda el genio de Rafael, de Miguel Ángel, de Bramante; de los Papas Julio II y León X en su gestión cultural. El declive de Florencia y Venecia -emblemáticas ciudades del arte fortalece el liderazgo romano. No tiene rivales. Los jóvenes talentos italianos y extranjeros quieren estar allí; quieren apropiarse del legado de la Antigüedad y del Rena
LEONARDO, TEÓRICO DEL ARTE Y DE LA CIENCIA
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LEONARDO, TEÓRICO DEL ARTE Y DE LA CIENCIA En el año 1452, el mismo del nacimiento de Leonardo da Vinci, el humanista florentino Giannozzo Manetti acababa de escribir, por invitación del rey Alfonso de Nápoles, su obra De dignitate et excellentia homims, que al iniciar las celebraciones renacentistas del poder creador del espíritu humano, quería reivindicar la dignidad del hombre contra el vilipendio medieval, expresado típicamente —a fin de humillar el orgullo humano— en el De miseria humanae vitae del Papa Inocencio III. «Tú, hombre [decía Inocencio], andas investigando hierbas y árboles; pero éstos producen flores, hojas y frutos, y tú produces liendres, piojos y gusanos; de ellos brota aceite, vino y bálsamo, y de tu cuerpo esputos, orina y excrementos.» Reaccionaba Manetti, proclamando que los frutos del hombre no están constituidos por estas sucias materias, sino por las obras de su inteligencia y de su acción creadora, para las cuales el hombre ha nacido como integrador y perfe