Pitagoras, historia, biografia, pensamiento, aportes, filosofía

Pitágoras, historia, biografia, pensamiento, aportes, filosofía, cosmología, órficos, astronomía, matemáticas, Samos, geometría, geografía.
Pitagoras es un personaje que admiro; aquí un fruto de mis lecturas al respecto. (Ca.570[1]-490 a.C.) Pitagoras fue un filósofo griego presocrático. Nació en la isla de Samos, hijo de Mnesarco[2], un grabador y tallador de piedras preciosas[3] (aunque se sabe que a veces comerciaba con productos agrícolas, telas y otros objetos). En aquella época Samos estaba dominada por la tiranía de Polícrates[4] que logró un gran desarrollo económico y cultural de la polis.
En Samos, Pitágoras conoció las obras de Ferécides (o Perecides)[5] de Siro y de Hermodamante y, probablemente, de Anaximandro[6]. De este se decía que había sucedido a Tales en la dirección de la Escuela.
Después de su educación viajó por Egipto[7] y Babilonia[8]. Al parecer, durante un cierto tiempo, Pitágoras mantuvo buenas relaciones con Polícrates. Pero la vida disoluta de la corte y, en general, de sus conciudadanos, casaban mal con los ideales de ascetismo y renovación moral de Pitágoras, razón por la cual abandonó Samos y se estableció en Crotona[9], ciudad del sur de Italia (Magna Grecia), seguramente por instigación de Democedes, un físico[10] de la corte de Polícrates. Al llegar a Crotona[11] se puso en contacto con sus dirigentes, a los que causó una gran impresión y, al poco tiempo, logró el poder en dicha ciudad. Al mismo tiempo, fundó una secta-escuela de índole místico-religiosa y filosófico-política que centraba sus intereses intelectuales en la música y las matemáticas puestas al servicio de la renovación de la vida moral.

Secta o escuela pitagórica

La influencia de la secta o escuela pitagórica fue cada vez más importante y varias de las ciudades de la Magna Grecia fueron gobernadas por miembros de dicha escuela hasta que se produjo un amplio movimiento popular de rechazo del elitismo antidemocrático de los pitagóricos, que acabó con la vida de varios de los miembros de esta escuela, y los otros tuvieron que exiliarse[12]. Según la tradición[13], Pitágoras logró salvarse y huyó a Locri, desde donde marchó hacia Tarento y, finalmente, murió en Metaponto. Según otra tradición, murió asesinado en un campo de habas (legumbre que él prohibía comer)[14].

Orfismo

La secta pitagórica estuvo fuertemente influenciada por el orfismo[15], que reformuló, hasta el punto de que, a veces, se conoce como escuela órfico-pitagórica[16]. Podemos señalar algunos préstamos entre estos grupos: Los órficos enseñaron que el cuerpo es una especie de prisión en la que está retenida el alma hasta que ha purgado sus penas (Platón, Crat. 400 B-C). Proclamaron que podían purificar y liberar a los hombres y a las ciudades de sus malas acciones (Platón, Rep. 363 C-E) por medios rituales. No comían ni sacrificaban animales y enseñaban a los hombres que se abstuvieran de derramar sangre (Eurípides, Hip. 952; Aristófanes, Ranas, 1032; Platón, Leyes, 782 c). Todas estas ideas y prácticas resuenan y encuentran eco en el primitivo pitagorismo. Los poemas órficos incluían, a su vez, cosmogonías elaboradas, compuestas, en parte, mediante la explotación de materiales hesiódicos y acuñadas en forma mítica (cf. págs. 49 ss.). Algunos de los acusmata pitagóricos revelan de nuevo señales de una especulación mitológica de este tipo.
Como sucedía con otras sectas de índole religiosa, se veneraba al maestro, al que se tendía a mitificar y a convertir en personaje legendario, al cual se atribuían todos los descubrimientos efectuados en la escuela.
No es seguro que Pitágoras mismo escribiese ninguna obra[17][De este hecho nació un vacío que se iba a llenar con un enorme cuerpo de literatura, carente de valor, en gran parte, como testimonio histórico de las doctrinas del propio Pitágoras. Incluía informaciones de la física pitagórica, de la teoría ética y política, así como de la metafísica, biografías de Pitágoras y algunas docenas de tratados (muchos aún existentes), cuya autoría fue adscrita al pitagorismo primitivo —aunque todos ellos (salvo algunos fragmentos de Filolao y Arquitas) son considerados hoy ficciones pseudónimas de origen posterior[18]. De esta enorme cantidad de material, sólo las tres principales Vidas, escritas por Diógenes Laercio, Porfirio y Jámblico, serán objeto de nuestra consideración aquí. Son recortes y pastiches procedentes de la era cristiana, aun­que contienen, junto con noticias sumamente crédulas, extractos o epítomes de autores del período 350-250 a. C., autores que tuvie­ron acceso a casi las tempranas tradiciones sobre Pitágoras y los pitagóricos: en particular, Aristoxeno, Dicearco y Timeo (quien es­tá también representado en las fuentes históricas generales)].

Libros, obras

Algunos libros que se le atribuyeron a fines de la antigüedad (Versos áureos, y Los tres libros) han resultado ser apócrifos del siglo I. Ello, junto con el carácter místico y esotérico de la escuela pitagórica, dificulta el conocimiento de las verdaderas enseñanzas de Pitágoras. No obstante, Diógenes Laercio nombra varios escritos de Pitágoras, y la crítica moderna también considera que realmente escribió obras que se han perdido.
Parece que se deben a él las doctrinas religiosas de la inmortalidad y de la transmigración de las almas[19], así como la necesidad de su purificación (Parece que Pitágoras imaginó un destino feliz para algunas almas humanas después de la muerte.[20] Cómo esta idea se relacionó con la noción de un ciclo de transmigraciones y si se postuló también un Día de Juicio, son cuestiones que se considerarán mejor a la luz de ulteriores testimonios indirectos sobre la doctrina pitagórica.); el descubrimiento de las relaciones entre la armonía musical, los acordes[21] y las proporciones numéricamente expresables[22], así como los inicios de la matemática especulativa y la cosmología filosófica. Pero parece que los desarrollos más importantes del pitagorismo se deben a sus discípulos, especialmente a Filolao, Hípaso, Arquitas de Tarento, Ecfanto y, en una dirección algo distinta, a Alcmeón de Crotona.

A veces, se atribuye el descubrimiento del famoso teorema de Pitágoras al mismo Pitágoras o, a veces, a Hípaso. De éste se sabe que lo divulgó, razón por la cual fue perseguido y, probablemente, asesinado por divulgarlo, ya que en la escuela pitagórica los descubrimientos eran secretos que sólo podían ser conocidos por sus miembros de pleno derecho, los matemáticos[23], que, a diferencia de los acusmáticos[24] (oyentes), tenían acceso a las doctrinas profundas de la escuela. Con Pitágoras aparece una nueva tradición en la filosofía que marcó las llamadas escuelas itálicas, y aparece también una nueva vinculación entre la especulación filosófica y los ideales de purificación moral.[25]Véase también pitagorismo.
[1] Según el calendario griego nació en la quincuagésima cuarta olimpiada. 
[2] De procedencia fenicia y quien debía viajar mucho por mar. Según Aristoxeno, fr. 11 A Wehrli; Diógenes Laercio VIH, 1 (DK 14, 8)….” Pitágoras, hijo de Mnesarco, el grabador de anillos, un Samio (según dice Hermipo) o (según Aristoxeno) un Tirreno procedente de una de las islas que los atenienses ocuparon después de haber expulsado a los tirrenos”
[3] Y de Pitays, una mujer joven y hermosa, tanto que la leyenda dice que Pitágoras fue hijo de la posesión de esta mujer (mientras dormía) por parte de Apolo
[4] Un tirano que gustaba de verse rodeado de los más famosos poetas, adivinos y arquitectos de la época.
[5] Perecides o Ferécides de Siro fue uno de los primeros pensadores que supo combinar el mito, la lógica, la teología y la filosofía. Parece que manejaba conceptos como la anamnesis o recuerdo de las vidas pasadas, resaltando la inmortalidad del alma. Para él la creación del mundo había tenido lugar por medio de cinco cavernas o pentekosmos, sobre las que influían los elementos aire, fuego y agua. [6] Se especula que haya sido discípulo de Tales de Mileto (Mileto, una ciudad tan importante que poseía cinco puertos), de quien se decía había conocido los grandes misterios de los sacerdotes egipcios.
[7] Se narra que llevaba una carta de recomendación de Polícrates, dirigida al faraón Amasis (Ahmés) quien a su vez lo recomendó a los sacerdotes de Heliópolis. Veinte años duró su inducción; allí comprende quelas matemáticas cumplen una labor divina, en que los números ejercen una función universal. Pero Egipto agonizaba. En tanto Cambises II derrotó a los egipcios; se cree que Pitágoras fue llevado preso a Babilonia.
[8] Antes se dice que estuvo en Fenicia. “Allí los dioses parecían vivir junto a los hombres, debido a que su culto llegaba a las calles y se encontraba por todas partes”. Sus captores que le llevaron a Babilonia le tenían por adivino y astrólogo. Al morir Cambises, luego de sendos alzamientos, se nombra como rey a Darío I. Es en Babilonia donde Pitágoras aprende la astronomía moral, donde cada elemento y criatura estaba regida por un número. Recordemos lo dicho en otro ítem al respecto de los Sumerios (padres culturales de los Babilonios), páginas 45-48: “Fueron los primeros en notar que en el cielo nocturno, la mayoría de cuerpos luminosos conservaban su posición aparente, no así cinco de los más luminosos, que variaban su posición relativa frente al resto de una manera uniforme, predecible tal vez. Identificaron así a los planetas (Saturno, Júpiter, Marte, Venus y Mercurio), los sumaron a los otros dos astros, la luna y el sol y los asociaron a divinidades poderosas, para un total de siete astros principales. Siete astros y siete dioses (incluyendo a Ninhursag) y siete las terrazas escalonadas de sus templos. A dicho número se le atribuía un significado mágico de totalidad. A nivel esotérico se tiene que el número siete es el desarrollo del número tres (el principio neutro, el número de la forma, una trinidad primigenia y el principio de expansión). Estos astros eran “dioses intérpretes”, pues mediante su observación, los individuos de Mesopotamia podían interpretar y conocer sobre determinados acontecimientos. Estas inspecciones celestes, dan origen a una serie de ideas como: Que el cielo era una semi-esfera sólida, negra rodeando la tierra; las estrellas estaban empotradas en ese firmamento sólido y así mismo los planetas siguiendo sus esferas (caminos) transparentes- debía ser así para que se pudieran ver las estrellas-. El sol no podría ser un punto luminoso más, de hecho, se veía más grande y luminoso que los demás cuerpos visibles (sin artilugios mecánicos, desconocidos de por sí). Y no obstante reflexionar y especular sobre los orígenes, organización y funcionamiento del universo, en ninguna producción literaria sumeria se planteó explícita y sistemáticamente. Sus pensadores no sabían de método científico ni definiciones o generalizaciones como herramienta del conocimiento. Comprender el yo (tan garrafal para la filosofía occidental), era secundario para ellos comparado con la comprensión del mundo exterior, sin la interposición del sujeto; se trataba entonces de recopilar gran cantidad de información y huirle a la generalidad… En todo caso sus creencias religiosas corresponden a una sociedad del tipo agrícola pastoril, donde el ciclo agrario y el ritmo regenerador del ganado cobraban importancia categórica. El agua como símbolo y la actividad sexual van de la mano… Dentro de su percepción cíclica del Universo y de la vida misma, todo muere para dar nacimiento a otra cosa, de ahí que su concepto de inmortalidad significara realmente larga vida. Variados autores llaman a este ciclo el mito del eterno retorno, simbolizado por un hombre encorvado con las manos sobre sus pies o hasta por la misma agua y su ciclo fertilizante.” Tenemos entonces que los griegos tomaron el nombre de los planetas de los babilonios. Así Venus o Afrodita tomó el nombre de Ishtar, la diosa del amor (Véase Fundamentos culturales del Judaísmo I, página 79 para más detalles) a la cual le atribuían el número 15; el planeta Júpiter tomó el nombre de Marduk y la equivalencia del número 10; Shamash (Utu), el sol, dios de la moralidad, el número 20 (página 55); Sin (Nanna), la Luna (padre del dios sol), el número 30;Ea (Enki), el agua, el número 50 (página 57); y Anu (An), los cielos, el número 60. También se dice que Pitágoras tuvo contacto con los seguidores de Zoroastro.
[9] Crotona era un afincamiento natural, por ser la ciudad más célebre del sur de Italia, distinguida por su serie de victorias Olímpicas.
[10] Según (Heródoto iii, 125, 131-2) era un médico.
[11] Justino ap. Pom. Trog. Hist. Phil. Epit. xx, 4, 1-2 y 5-8: Después de esto (sc. la batalla de Sagras) abandonaron su interés por las virtudes varoniles y la práctica de las armas. Comenzaron a odiar lo que habían emprendido con tan mala suerte y se habrían entregado a una vida licenciosa, si no hubiera sido por el filósofo Pitágoras... Equipado con toda su experiencia (sc. la sabiduría del Este y las leyes de Creta y de Esparta) vino a Crotona y, con su autoridad, hizo que el pueblo, que había caído en una vida de lujuria, retornara a la simplicidad. Alababa diariamente la virtud y relataba las depravaciones y el destino de las ciudades arruinadas por esta peste. Provocó en la multitud un entusiasmo tal por la simplicidad de vida que parecía increíble que algunos hubieran estado incursos en la lujuria. Enseñó, con frecuencia, a las mujeres separadamente de sus maridos y a los hijos sin la presencia de sus padres (Tr. según J. S. Morrison).
[12] Aristoxeno, fr. 18; Jámblico, Vida de Pitágoras 248-9 (DK 14, 16): Cilón, un crotoniata, ciudadano destacado sobre los demás por su linaje, reputación y riqueza, de trato difícil, violento, turbulento y de carácter tiránico, puso todo su empeño en participar del modo de vida pitagórico y se acercó al mismo Pitágoras, cuando éste era ya un anciano, pero fue rechazado por los motivos mencionados. Ocurrido este hecho, él y sus amigos declararon una guerra encarnizada contra Pitágoras mismo y sus compañeros y tan excesiva e inmoderada fue la rivalidad del propio Cilón y sus partidarios que ésta continuó hasta la época de los últimos Pitagóricos. Por esta razón, Pitágoras se fue a Metaponte y se dice que murió allí.
[13] Aristoxeno, fr. 18 (continuación), Jámblico, Vita Pythagorae 249-51 (DK 14, 16): Los llamados Cilonios continuaron sus intrigas contra los Pitagóricos, demostrándoles toda clase de enemistad. Prevaleció, sin embargo, durante algún tiempo, la hombría de bien de los Pitagóricos y el deseo de las ciudades mismas porque sus asuntos fueran administrados por ellos. Mas los Cilonios terminaron por asechar contra ellos hasta el punto de que, cuando los Pitagóricos estaban manteniendo una reunión para deliberar sobre cuestiones políticas en casa de Milón en Crotona, prendieron fuego a la casa y quemaron a todos, salvo a dos, Arquito y Lisis, quienes consiguieron escapar, porque eran los más jóvenes y los más fuertes. Tras estos hechos y, dado que las ciudades no se preocuparon de la desgracia acontecida, los Pitagóricos abandonaron sus preocupaciones políticas... De los dos (ambos Tarentinos) que sobrevivieron, Arquipo regresó a Tárento, Lisis, en cambio, disgustado ante la indiferencia de las ciudades, se dirigió a Grecia y vivió, durante algún tiempo, en la Aquea Peloponesia; más tarde se fue a Tebas, donde había surgido un cierto interés por él. Allí se hizo discípulo suyo y le llamó "padre" Epaminondas. Allí murió también. Los demás Pitagóricos se reunieron en Regio y allí convivieron. Pero, con el paso del tiempo y el deterioro de la situación política, abandonaron Italia, excepto Arquitas de Tárento.
[14] Aristóteles fr. 195. Diógenes Laercio VIII, 34-5 (DK 58 c 3): Aristóteles dice, en su obra Sobre los Pitagóricos, que Pitágoras prescribió la abstención de habas, o porque eran parecidas a ¡as partes pudendas, o porque se parecían a las puertas del Hades (pues ésta es la única planta que no tiene ángulos), o porque son destructoras, o porque son similares a la naturaleza del universo, o porque son oligárquicas (pues se usan en la elección del gobernante a sorteo). Se les prohibía recoger la comida caída de la mesa para acostumbrarles a comer con moderación, o porque tales hechos indicaban la muerte de alguien. También Aristófanes dice que las cosas que caen pertenecen a los héroes, cuando, en los Héroes, dice: "No pruebes lo que cae dentro de la mesa". No deben tocar a un gallo blanco, porque este animal está consagrado al Mes y es un suplicante y la suplica es una buena cosa. El gallo está consagrado al Mes, porque anuncia las horas; también lo blanco es de la naturaleza de lo bueno y lo negro de la naturaleza de lo malo. No debían tocar peces que estuvieran consagrados, porque no era correcto que a los dioses se sirvieran los mismos platos que a los hombres, como tampoco se hacía entre los hombres libres y los esclavos. No debían quebrar el pan (porque, sobre un pan, se encontraban los amigos en los tiempos antiguos, como todavía hoy hacen los bárbaros), ni tampoco deben dividir el pan que les une. Otros explican la norma, por referencia al juicio en el Hades. Otros dicen que la división causaría cobardía en la guerra; otros dan la explicación de que del pan comienza el universo (Tr. W. D. Ross).
[15] Heródoto ii, 81 (DK 14, 1): No se llevan, en cambio, artículos de lana a los templos, ni se les entierro con ellos; pues es impío. Estas prácticas concuerdan con los llamados Órficos y Báquicos, pero son egipcias y pitagóricas. Es impío, en efecto, que quien participa de estos ritos orgiásticos sea enterrado con vestidos de lana. Existe un relato sacro sobre este tema.
[16] Hubo, sin duda, diferencias entre los órficos y los pitagóricos. Los órficos, e. g., depositaban la autoridad de su doctrina en los libros, mientras que los Pitagóricos rehuían la palabra escrita. Los Pitagóricos constituían, sin duda, una secta (o sectas), mientras que la expresión "órficos" parece que designaba, por lo general, practicantes individuales de técnicas de purificación. En general, no se identifica tampoco a órficos y pitagóricos ni se les asocia íntimamente entre sí en los testimonios de los siglos V y IV. Es mejor probablemente pensar en movimientos religiosos diferentes que mutuamente se tomaron prestadas ideas y prácticas en una gran medida.
[17] Josefo, contra Appionem i, 163 (DK 14, 18): (Ningún libro escrito se le reconoce a Pitágoras; sin embargo, muchos han historiado sobre él y de ellos el más notable fue Hermipo). Esta visión escéptica sobre la autoría de Pitágoras fue aceptada, e. g., por Plutarco (Alex fort. 328 A) y Posidonio (Galeno, Plac. Hipp. et Plat. 459 M), pero rechazada por Diógenes Laercio (viii, 6): textos en DK 14, 18-19. [18] Una extensa colección de una pseudónima literatura pitagórica ha sido pu­blicada por H. Thesleff, The Pythagorean Texts of the Hellenistic Period (Abo, 1965).
[19] Jenófanes fr. 7, Diógenes Laercio viii, 36. Sobre el tema de la reencarnación atestigua Jenófanes en una elegía, cuyo comienzo es: "Ahora paso a otro tema y mostraré el camino". Lo que dice sobre Pitágoras es como sigue: "Dicen que, al pasar en una ocasión junto a un cachorro que estaba siendo azotado, sintió compasión y dijo: "deja de apalearle, pues es el alma de un amigo la que he reconocido, al oír sus alaridos".
[20] Heródoto IV, 95 (DK 14, 2): Según mis informaciones, procedentes de los griegos que viven en el Helesponto y en el mar Negro, este Salmoxis fue un esclavo en Samos, el esclavo, en realidad, de Pitágoras, hijo de Mnesarco. Los tracios vivían miserablemente y no eran muy inteligentes, mientras que este Salmoxis conoció el modo de vida jonio y sus costumbres más profundamente que los tracios, puesto que tuvo contacto con los griegos y, de entre los griegos, con Pitágoras, no el menos vigoroso de sus sabios. Se hizo construir un gran salón donde recibía y agasajaba a los principales ciudadanos y les enseñaba que ni él ni sus huéspedes ni ninguno de sus descendientes iba a morir, sino que todos iban a ir a un lugar donde iban a sobrevivir para siempre e iban a poseer todos los bienes.
[21] Jámblico, Vida de Pitágoras 82 (DK 58 c 4): “Todos los así llamados acusmata se dividen en tres clases: algunos indican lo que una cosa es, otros qué es lo más y otros qué es lo que se debe hacer o no hacer. Ejemplos de la clase ¿qué es? son ¿qué son las islas de los aventureros?: el sol y la luna. ¿Qué es el oráculo de Delfos?: la tetractys: que es la harmonía en la que cantan las Sirenas. Ejemplos de la clase "¿qué es lo más,..?" son: ¿qué es lo más justo? el sacrificar. ¿Qué es lo más sabio? el numero; pero después es el hombre que asignó nombres a las cosas. ¿Qué es la más sabia de las cosas en nuestro poder? la medicina. ¿Qué es lo más hermoso? la Harmonía. ¿Qué es lo más poderoso? el conocimiento. ¿Qué es lo mejor? la felicidad. ¿Cuál de las cosas que se dicen es la más verdadera? que los hombres son perversos.” 
[22] Sexto, adv. math. VII, 94-5: (Y, al indicar esto, los pitagóricos, a veces, tenían la costumbre de decir "todas las cosas son semejantes al número" y de jurar, a veces, su juramento más poderoso así: "No, por aquel que nos dio la tetractys, que contiene la fuente y la raíz de la siempre fluyente naturaleza". Con la expresión "aquél que dio" querían decir Pitágoras (pues le deificaban) y con el término "la tetractys", un número, que, por estar compuesto de los cuatro primeros números, causa el número más perfecto, como e. g., el diez (porque uno, dos, tres y cuatro son diez). Este número es la primera tetractys y es llamada "fuente de la siempre fluyente naturaleza", puesto que el universo entero es gobernado harmónicamente y la harmonía es un sistema de tres concordancias, la cuarta, la quinta y la octava y las proporciones de estas tres concordancias se encuentran en los cuatro números mencionados —en el uno, dos, tres y cuatro). 
[23] Jámblico, Comm. math. sc. págs. 76, 16-77, 2 Festa: Dos son los tipos de filosofía Itálica, llamada Pitagórica. Pues dos fueron también las clases de sus practicantes, los acusmáticos y los matemáticos. (De ellos), los acusmáticos eran reconocidos como Pitagóricos por los demás, pero éstos no reconocían como tales a los matemáticos, ni que sus prácticas intelectuales procedieran de Pitágoras, sino de Hipaso. De éste, unos afirman que era de Crotona y otros de Metaponte. Los Pitagóricos que se ocupaban de las ciencias reconocían que los acusmáticos eran Pitagóricos y afirmaban que ellos mismos lo eran en grado aún mayor y que lo que ellos decían era la verdad.
[24] Varios autores tardíos conservan colecciones de máximas, que exponen como partes de las doctrinas Pitagóricas. No hay duda de que fueron transmitidas verbalmente, según el nombre acusmata ("cosas oídas") indica. A los iniciados Pitagóricos se les exigía, probablemente, que las memorizaran, por cuanto que contenían un catecismo doctrinal y práctico. Su denominación alternativa sum-bola "contraseñas" o "señales" sugiere que les aseguraba el reconocimiento de su nueva situación de parte de sus compañeros y de los dioses de este mundo y del otro. Gran parte del material de nuestras colecciones contiene ciertamente una considerable antigüedad, aunque indeterminable: los acusmata eran ya objeto de erudita interpretación en el siglo iv, e. g. de parte de un Anaximandro de Mileto, conocido de Jenofonte (cf. Suda s. v. = DK 58 c 6; Jenofonte, Symp. 3, 6). Podemos, por tanto, otorgar un cierto crédito, pero no certeza, a la inclusión de algunos de estos textos, dedicados, en este capítulo, a la vida y pensamiento del propio Pitágoras.
[25] Bibliografía consultada: C. S. KIRK, J. E. RAVEN Y M. SCHOFIELD. LOS FILÓSOFOS PRESOCRÁTICOS. HISTORIA CRÍTICA CON SELECCIÓN DE TEXTOS.VERSIÓN ESPAÑOLA. DE JESÚS GARCÍA FERNÁNDEZ.SEGUNDA EDICIÓN, PARTE II. Editorial Gredos, 1983. Diccionario de filosofía en CD-ROM. 1996. Empresa Editorial Herder S.A., Barcelona. ISBN 84-254-1991-3. Autores: Jordi Cortés Morató y Antoni Martínez Riu.
Ediciones 2017-18

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